Deberes ciudadanos

Jaime Vintimilla

Leyendo a Cicerón encuentro que, a lo largo de dos milenios, la política no ha variado en calidad, pues en la incesante búsqueda del poder se advierte todavía que cada ser humano obra conforme a sus intereses, tratando de que se conviertan además en temas universales y de importancia no solamente para los preconizadores sino para todos los adeptos o seguidores.


En primer lugar, en la lucha titánica entre la utilidad y la honestidad se advierte una máxima que debe ser regla de oro para la actuación de los ciudadanos, pues “cada uno debe procurar sus intereses, pero sin daño de los demás”. Es decir, la corrupción, el engaño y la inconsecuencia deben ser desterradas de las prácticas apegadas a una convivencia respetuosa.


Por su parte, cuando habla de la justicia la concepción es modélica, ya que “consiste en no perjudicar a nadie, y en servirse de lo privado como privado y de lo común como común”, pero además no hay que omitir aquellas causas que también hoy, al igual que ayer, nos trasladan a la inobservancia de nuestros deberes ciudadanos de reflexionar y votar con criterio, de exigir a los partidos y movimientos que promocionen candidatos que sean sensatos, preparados y humildes o sencillamente de intervenir con muestras de pensamiento propio, analítico y crítico. Infortunadamente, más pueden la indolencia, el deseo de vivir tranquilamente, el desdeño o las ocupaciones profesionales que la necesidad de cumplir los deberes para con los demás.


En concordancia, otro deber que deberá guardarse es aquel del decoro en el discurso, donde necesariamente ha de excluirse la maledicencia e incluso con los opositores habrá que mostrar un comportamiento comedido y tranquilo, cuánta distancia con las diatribas o denuestos que forman parte de ciertas políticas públicas imperantes que se empeñan en envilecer a todos los que osan discrepar o pensar, porque se confunde ciudadano con siervo, si no véase la deleznable realidad que nos inunda a varios países latinoamericanos.


En época de elecciones y para renovar la Patria, recomiendo la lectura del libro ‘Sobre los deberes’ así podremos escoger o simplemente condenarnos. Parenti Optime Merito.


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