Cuando el actual Gobierno asumió el poder nos dijo que sería algo diferente a los vicios de la partidocracia. Durante los diez años de gobierno no solo los replicó groseramente, sino que hasta reprodujo con creces el abuso del poder.
Actualmente, hemos escuchado absortos cómo el presidente del Consejo Directivo del IESS ha decidido endeudar a la institución en alrededor de 160 millones de dólares, para equipar algunos hospitales del país, que resulta un hecho inédito en el cuento del IESS, que supuestamente, según las declaraciones del primer mandatario, goza de “superávit” económico.
Desde el tiempo de Ramiro González, Fernando Cordero y Richard Espinosa, el IESS se convirtió en “Caja chica”, del Gobierno mediante la compra de bonos del Estado, que históricamente ha sido el mayor moroso de la institución. Algunos estiman sería alrededor de 11 mil millones de dólares, aparte de la supresión del aporte estatal del 40% y de haber negado la deuda de salud por 1.800 millones de dólares.
Del mismo modo, demagógicamente incorporaron a los menores de 18 años, esposas de afiliados y amas de casa, sin el debido soporte técnico, peormente de haber ampliado la actual estructura física hospitalaria y de haber previsto la dotación de los respectivos medicamentos.
El haber transgredido la Ley del IESS, en cuanto a traspasar los fondos de pensiones al de salud, el riesgo es inminente a futuro para el bienestar de los jubilados; así como revela la crisis próxima de la prestación médica con una escasa y mediocre medicación, turnos médicos a través del ‘call center’ que se dilatan hasta dos y tres meses; exámenes de laboratorio hasta uno y dos meses y la falta de atención especializada en el IESS; avizoran una realidad lacerante para los afiliados que todos debemos protestar. (O)