Sepultureros de la Patria

Carlos Freile

Tomo para esta columna el título del libro publicado en 1945 por el Tte. Crnel. Leonardo Chiriboga O. sobre los responsables del descalabro nacional de 1941. Hoy día también tenemos la obligación de mirar con atención al pasado próximo y sin desgana ni cobardía identificar a quienes han llevado a nuestra Patria al estado moribundo de hoy. Sobre todo a quienes colaboraron en el proceso de afianzar el poder total para facilitar el triunfo de un proyecto, del cual ahora afirman haberse distanciado.


El primer sepulturero fue el presidente del Congreso Nacional, quien permitió posesionarse al nuevo presidente sin cumplir el requisito de jurar respetar la Constitución. Los segundos sepultureros fueron los miembros del Tribunal Supremo Electoral que, en flagrante violación de la ley, destituyeron a los diputados del Congreso legalmente elegidos. Los terceros, y quienes tal vez más paletadas de tierra lanzaron a la tumba abierta, fueron los diputados de la Constituyente de Montecristi que apoyaron con su voto la perpetración de uno de los mayores delitos de nuestra historia: la supresión efectiva de la sociedad por parte del estado Minotauro, devorador compulsivo de las libertades ciudadanas.


Varios de estos panteoneros se presentan ahora como salvadores de la Patria, pretenden convencernos de su intención de resucitarla con artes todavía ignoradas. Olvidan su apoyo a la construcción de un estado todopoderoso, Hidra de mil cabezas que se introducen en todos los ámbitos de nuestras vidas, que toman decisiones por nosotros, que nos cobran impuestos desmesurados, que nos endeudan sin consultarnos… Estos lodos de hoy, con sus groserías y sus mañas barriobajeras, vienen de los polvos de esos primeros meses, de los polvos de esas normas de las cuales, sin tal vez, quieren ahora aprovecharse para su propio plan de dominar a la sociedad, en nombre de una utopía estatizante y arcaica. La mordaza de hoy nace de las manos alzadas de ayer. De la mordaza de hoy saldrá el cadalso de mañana. Con esos lodos de hoy se sepulta a la Patria sin toque de silencio.


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