Kléber Mantilla Cisneros
La realidad actual exige propuestas para reactivar la economía y reinstalar un sistema democrático transparente. Cada candidato a la Presidencia está obligado a proponer soluciones para generar empleo, fortalecer la educación básica y diseñar un sistema de salud para los ciudadanos con presupuestos limitados. Por eso es recurrente entre los presidenciables la opción de fiscalizar a la administración saliente y establecer nuevas políticas de diálogo para integrar a la sociedad entera.
De hecho, el panorama de binomios y liderazgos presenta obstáculos para consolidar consensos y encaminar al país a un cambio de timón gubernamental. Las encuestas de opinión muestran una oposición dispersa, fraccionada y con un triple empate técnico entre los candidatos que intentan enfrentar al oficialismo. Así los rostros del pasado y la lógica del continuismo sorprenden a sabiendas del engaño de la década, del descomunal endeudamiento exterior y el sinfín de casos de corrupción impunes y
pendientes.
Aunque, después del correísmo, todo está por hacerse. Queda en evidencia la letanía de gestión administrativa y la recesión económica: las dificultades del comercio exterior, la magnitud de un sistema plagado de impuestos inútiles, la falta de productividad, la escasa inversión extranjera y la patraña ideológica inexistente de la supuesta matriz energética. La tal ‘revolución ciudadana’ tendrá que rendir cuentas, vendrán auditorías, controles e investigaciones.
Sin embargo, la propuesta del libre ingreso a la universidad, el rescate de la autonomía universitaria, los planes para reactivar el agro, la separación del ejecutivo de los poderes: legislativo y judicial; la suspensión de la explotación minera y del Yasuní, las garantías a la libertad de expresión y la eliminación de la Ley de Comunicación, el rescate del IESS, la integración de jubilados, la mejora de calidad de vida, entre otros, aparecen como elementos clave del discurso electoral. Por eso, los programas de gobierno tienen que reforzar temáticas vinculadas a la economía popular, el ahorro y las fuentes de empleo vinculadas a estos macro-problemas sociales.
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