Discurso incendiario

Kléber Mantilla Cisneros

El mundo entero está convulsionado por el inusitado triunfo de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Un discurso arrebatado construido desde el espectáculo y la farándula para propagar: xenofobia, racismo y machismo, las bases más radicales del populismo, yanqui, que se impuso y derrotó los pronósticos y sondeos más fiables; y ahora arrastra desde la gran potencia mundial a la humanidad entera consigo.


Atrás quedó el mensaje pacífico, de reconciliación y esperanza, para dar paso a la bronca, la segmentación e incertidumbre. El remolino de la globalización produjo un reflote para cualquier peligro en democracia: racismo blanco, fascismo o extremismo ortodoxo latente, expulsión migratoria y muros fronterizos pendientes, armamentismo industrial en despegue y fanatismo demagógico en escala.


Un escenario que alerta a Latinoamérica y que matiza ese argumento de la anti-política, de la salida urgente de los corruptos ‘revolucionarios’, del héroe que aboga no por los remiendos y continuismos sino por las reformas drásticas y los exabruptos. Por un mesías salvador de los desempleados, pobres y miserables. Por un opositor del orden establecido que rechace lo que huele a seudo-izquierda militarista (Chávez) indigenista (Morales) o burocrática (Correa), que aborrezca la estatización, el mal socialismo del siglo XXI y deslegitime ese torpe armatoste público.


Quizá sea un retroceso progresivo para la región en materia económica y política desde el desbloqueo con Cuba, la pacificación en Colombia, de los derechos de minorías étnicas y de género, del desbarajuste de las religiones católica y protestante, hasta la confrontación directa con el chavismo despreciable de Maduro. En Ecuador con un gobierno que maneja dólares y tiene su principal mercado comercial en esa orilla, mucho está por hacerse.


¿Acaso se anularán impuestos torpes o acabarán las salvaguardias a la importación local? ¿El narcotráfico, los paraísos fiscales y el crimen organizado cambiarán de guaridas, rutas y estrategias? ¿El mercado interbancario y nuevos desembolsos se activarían? ¿China dejará de ser el acreedor? Con un discurso incendiario todo puede suceder.


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