Con las primeras lluvias, cientos de personas madrugan a recoger los catzos blancos que vuelan en algunos sectores rurales de Otavalo, especialmente en los potreros y páramos. Quienes se dedican a esta actividad son campesinos, los mismos que luego de cosecharlos llegan a los mercados para comercializarlos. El precio varía de acuerdo con el tamaño del recipiente.
Según Rosa Matilde, una de las mujeres de la comunidad de Sigsincunda, que todos los años espera esta temporada para ayudarse en los gastos de su familia, la cosecha es buena cuando llueve en la tarde y en la noche el cielo pasa nublado. “Nosotros madrugamos a las 05:00 para recoger los catzos. A veces están volando o se les encuentra en el suelo”, comenta.
“El balde pequeño de 4 litros lo compramos en 25 dólares a quienes nos traen a vender desde el cerro. Luego los mando a pelar, quitándoles las alas y las patas. Posteriormente les enjuago y les pongo en agua sal durante todo el día para que se pierda el agrio. Al siguiente día preparo los catzos en aceite hirviendo picando ajo, pimiento y cebolla para que dé sabor”, menciona Alexandra Tabango, quien los oferta cerca al mercado 24 de Mayo.
Patricia Argoti, quien también se dedica a esta actividad de vender catzos preparados para el consumo, señala que esta vez se han demorado en salir por la falta de lluvias. “Ahorita está un poco caro el balde de estos, pero poco a poco ha de ir bajando el precio, según vaya aumentando la cosecha. En la preparación los hago con un condimento especial, para que pierdan ese sabor amargo y poder vender a la gente acompañado de tostado”, dice.
Son nutricionales
Una vez al año se puede degustar del sabor de estos catzos, varias personas los buscan por ser muy nutritivos. Argoti asegura que todos los años en estas fechas la visita un grupo de extranjeros en busca de este producto, lo comen y se van satisfechos. El plato pequeño de catzos con tostado cuesta un dólar y su puesto de venta está ubicado en la calle 31 de Octubre y Juan Montalvo. Todos los días se llena de sus clientes que buscan esta receta tan apetecida por la ciudadanía y los turistas.
Los catzos salen a finales de octubre o con las primeras lluvias de noviembre y se los puede encontrar hasta los primeros días de diciembre. Se afirma que tienen un valor nutricional por sus proteínas, carbohidratos y minerales. Se le considera como un plato ancestral de esta región, en vista de que desde hace muchos años lo preparaban los antepasados de la región y se ha convertido en una tradición alimenticia. (PMHR)
