¿Qué hacer con el voto?

Alfonso Espín Mosquera

¿Ya tiene usted su candidato? ¿Conoce las propuestas de los elegibles? ¿Piensa que continuará Correa o que ganará Lasso o Cynthia, tal vez Moncayo sorpresivamente? ¿Para qué se lanzarían Pesántez, Zuquilanda y Bucaram? ¿Tendrán votación?
Francamente estamos a las puertas de que comience la ferocidad de las campañas, solamente nos separan las fiestas y de ahí sí no nos librará nadie. Seguro las imprentas y más negocios relacionados con el mundo de la publicidad se frotarán las manos, listos a llenar sus bolsillos y, la radio y TV nos cubrirán sin compasión de anuncios y ofertas electorales.
No sabemos qué futuro nos vendrá, pues se hablan de muchos temas, la oposición se ha fraccionado y hasta me da qué pensar la subida en las mediciones de intención de voto de los Madera de Guerrero que debilita aún más al otro candidato de Derecha y por tanto la posibilidad de que se termine este régimen. ¿No será que nos están manipulando en favor de AP? ¿Será que paco Moncayo cree en ciertas posiciones de Moreno? ¿La intención de Bucarán de revitalizar el PRE roba también votos a una verdadera oposición?
El porvenir es incierto, pero no la experiencia vivida por los electores que desde el inicio de este mandato votamos por la abolición de las corridas de toros y más como una pantalla que cubría cuestiones realmente fundamentales, por eso ahora nos intranquiliza el que nos pidan votar sobre los paraísos fiscales como una manera de combatir la corrupción, como si declarándonos en contra de la existencia se pudieran corregir vicios que van más allá de una proclama, cuanto de acciones firmes de las entidades competentes.
Estamos ante un estado de excepción en Morona Santiago con motivo del rechazo a las concesiones mineras para una empresa China que pretende explotar cobre y el lamentable fallecimiento de un policía. Ante esto vale preguntarnos si efectivamente los afanes del gobierno de hacernos mineros a la fuerza, aun en contra del agua, la biodiversidad, la naturaleza misma, valdrá la pena, cuando Chile, por ejemplo, un país minero por excelencia, tiene sus minas en pleno desierto y no en sus viñedos y zonas fértiles.


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