‘Cabeza de canguil’

El escenario grotesco construido alrededor de los chanchullos de Odebrecht requiere de una dosis de humor e indignación. La acumulación de escándalos de corrupción revienta como canguil y requiere que se elija un ganador o quizá nominar el caso más sonado.


Para galardonar la corrupción se establecería una mención a los mejor fugados.

El primo Pedro Delgado por el caso Cofiec – Duzac, el ministro Carlos Pareja Yannuzzelli por el desfalco y huida después de la rehabilitación de la Refinería de Esmeraldas; y el distractor, Charly Pareja, por confundirse entre el desfalco de Petroecuador y la encargada firma Worley Parson.


En cambio, Luis Chiriboga, exdirigente del fútbol, se sumaría a personajes retenidos e incognitos como los asesinos del periodista investigador Fausto Valdiviezo y de Jorge Gabela, denunciante de la compra irregular y millonaria de una flota de helicópteros dañados.


Otra nominación sería por el monto de la estafa. Sin duda los 33,5 millones en sobornos de la firma brasileña a cargo de la construcción de hidroeléctricas, y del Metro de Quito, tendría el premio mayor. Solo el interminable vicepresidente Jorge Glas, quien direccionó la gestión de matriz energética, sería el indicado para entregar el listado de sus colaboradores y aplaudir al galardonado.


El ministro Pareja Yannuzzelli manejó unos 129 millones y de ese monto unos 110 millones los dispersó con la contratista Vestsacer S.A., a cargo de Armengol Cevallos. Este transfirió a firmas vinculadas pero como máximo estafador aparece Álex Bravo por transferir 14,4 millones ilegales al Capital Bank de Panamá y al Helm Bank, evidentes paraísos fiscales.


La tercera categoría de corruptelas sería una mención a los que se fueron sin hacer notar. Fabricio Correa realizó contratos con el Estado por unos 700 millones, con perjuicio de 143 millones, según dijo en su momento BBC Mundo.


Luego, Pierina Correa que, según varios cables diplomáticos brasileños difundidos y un video entregado por Chevron en EEUU, se la vincula con el reclamo y manejo de un millón para direccionar sentencias en los juzgados. El apartamento en Bélgica y otros chanchullos siguen escondidos bajo la alfombra.


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@klebermantillac