No es socialismo

Jorge Oviedo Rueda

Cuando en el 2007 triunfó AP su líder se encargó de aclarar que la revolución ciudadana no era socialista, sino la culminación de la inconclusa Revolución Liberal lo que, traducido a términos prácticos, no es otra cosa que la realización de la vieja aspiración demo-burguesa de los comunistas. Los seudo izquierdistas dicen que Correa traicionó la revolución socialista, siendo esta la tesis más falsa inventada por esa izquierda boba para justificar su oportunismo.


Ahora un trasnochado comunista argentino sale con el cuento de que el 2 de abril se librará en el Ecuador la batalla de Stalingrado. Como si en estas elecciones se estuviera jugando la suerte del socialismo amenazado por el fascismo nazi. No, señor Borón, aquí nada se juega. Se trata de una rupestre disputa entre un audaz socialdemócrata y su Delfín –que de revolucionario solo tiene el nombre- y un neoliberal hambriento de poder.


Lo grave de esta situación es que algunos de los dirigentes populares e indígenas, junto a esa gavilla oportunista de agentes y dirigentes políticos de centro-izquierda, ahora sostienen que votar por Lasso es salvar la patria de la pandilla correísta, con lo cual magnifican el error que cometieron en el 2006 al apoyar a Correa. Entonces había el derecho a la duda, hoy se entregan a la peor derecha.


La lógica dialéctica nos dice que la modernización del capitalismo llevada a cabo por el correísmo tiene que tener una ruptura política que lleve al poder al pueblo, asunto que jamás se podrá hacer si no se construye el instrumento político que se necesita.


Ninguno de estos oportunistas históricos podrá comprender la dimensión de la tarea porque están atados al inmediatismo, en un momento en que se necesita tener una visión estratégica de la política.


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