Isabel Robalino, la abogada que no descansa

Isabel Robalino, la abogada que no descansa
DESTACADA. Fue la primera abogada de la Universidad Central y la primera senadora de la República.

El perfil de la primera mujer de la historia ecuatoriana electa senadora, hoy miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción.

La historia de Isabel Robalino Bolle comenzó el 14 de octubre de 1917, cuando nació en la ciudad de Barcelona. Eran los tiempos de la Primera Guerra Mundial y su madre, de origen alemán, fue impedida de ingresar al territorio francés para llegar a Ginebra, donde el padre de Isabel ejercía como Cónsul del Ecuador.


Pese a que su nacimiento tuvo lugar en Barcelona, jamás tuvo la nacionalidad española. “Yo he defendido siempre mucho mi nacionalidad”, dice desde la pequeña habitación del convento de Santo Domingo en la que reside. Y tiene razón. Robalino es un personaje estelar de la historia ecuatoriana. Además, de haber sido la primera abogada graduada en la Universidad Central y la primera mujer senadora de la República, su compromiso con el Ecuador es mucho más fuerte, al punto que a sus 99 años puede enseñar con orgullo sus certificados de votación de las últimas elecciones, mientras confirma su participación en la marcha de este Primero de Mayo, por el Día Internacional de los Trabajadores.


Primera profesora universitaria


“Cómo le explicaré, siempre he tenido esa inclinación, ese interés”, menciona, cuando se le pregunta por el hecho de que fue una de las primeras abogadas ecuatorianas de la historia nacional y, probablemente, la primera mujer en ejercer la cátedra universitaria en una facultad de Derecho ecuatoriana.


Primero enseñó derecho penal y luego derecho del trabajo, a instancias del Dr. Julio César Trujillo, en ese entonces (en los años setenta) decano de la Pontifica Universidad Católica del Ecuador.


Al escuchar que se le pregunta en qué momento dejó de ejercer como abogada, reacciona con seriedad. “Bueno, yo, en la medida en que puedo, todavía ejerzo, estoy registrada en el Colegio de Abogados de Pichincha”, señala, mientras se apresura a mostrar su carnet, guardado en su cartera junto a su licencia de conducir de otros tiempos.


Una vez más, Isabel Robalino tiene razón, no ha dejado de ejercer su profesión y, tal vez, ahora la ejerce más que nunca.

Isabel Robalino, la abogada que no descansa
ACTIVISTA. Cercana a los 100 años de edad, hoy volverá a marchar con los obreros.


Lucha entre tropiezos


El 3 de mayo de 2015, siete organizaciones sindicales, indígenas y campesinas la nombraron miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción, conformada por ciudadanos de trayectoria cívica intachable para investigar denuncias de actos ilícitos. A meses de cumplir un siglo, una de las principales dirigentes sindicales del siglo XX, todavía lucha por su país. “Se está prestando un servicio al bien general de la nación, creo que vale la pena el trabajo a pesar de las dificultades y tropiezos que hay ahora”, dice.


El día de su juicio, en un proceso por querellas que les interpuso a los comisionados el contralor, Carlos Pólit, Robalino permaneció serena y digna durante toda la audiencia. Después de esa injusta experiencia, declaró al país que la Comisión intensificaría su trabajo. Luego de asegurar que la condena, desestimada, de la jueza Karen Matamoros no tiene fundamentos jurídicos, dice, con su voz de profesora universitaria, que el nivel del debate ha bajado mucho en el país. “Ahora hace lo que quiere el Ejecutivo”, comenta.


La ‘baja política’


No es la primera vez que enfrenta acciones de “baja política”. En 1975, el exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, Philip Agge, la mencionó en su libro ‘Inside the Company: CIA Diary’ como una agente al servicio de Washignton. Cuando se le recuerda este tema, sonríe con su tranquilidad de siempre. “Tengo hecha una refutación bien clara”, comenta mientras busca la nota al pie número 15, que consta de 3 páginas, en su libro ‘El sindicalismo en el Ecuador’. Con voz firme, lee toda la larga refutación. “Menciona solamente mi participación en acciones de defensa de refugiados y exiliados –siempre estuve con los oprimidos y perseguidos–. Desde estudiante siempre combatí la intromisión del imperialismo yanqui en nuestras patrias latinoamericanas señalando ante todo el peligro de la dominación cultural. Mi compromiso con la clase trabajadora es de siempre y seguirá siéndolo”, dice en una parte.


Contra la corrupción


Hoy le apena que sOlo sean los mayores, como Julio César Trujillo, Simón Espinosa y ella misma, los que tengan que salir a luchar contra la corrupción, y no la juventud del país. “Claro que siempre es un poco difícil y arriesgado por el tipo de gobierno que tenemos, de corte fasistoide”, menciona.


Está agradecida con el equipo de “jóvenes y brillantes abogados” que la defendió y recuerda que esa Comisión fue nombrada por organizaciones sociales. “Es una designación honrosa, un estímulo”, dice.


Joven, a pesar de todo


Al escucharla, da la impresión de que es demasiado joven para tener 99 años, pues tiene la fuerza e ilusión de quiEn está al principio de la vida, la lucidez del maestro universitario y la rigurosidad del más cerebral abogado.


Por eso usa laptop, lee la prensa del país diariamente, aporta al financiamiento de la Comisión Anticorrupción e impulsa proyectos de investigación desde su Instituto Ecuatoriano para el Desarrollo Social. Isabel Robalino ha sido, sin descanso y en cada minuto de su existencia, abogada de la clase trabajadora. Y lo seguirá siendo. (MMD)

El Dato

Su próximo proyecto intelectual y académico es la tercera edición, reeditada y aumentada, de su libro ‘El sindicalismo en el Ecuador’.