Académicos reporteros…

Roque Rivas Zambrano

¿Imaginar a los académicos tecleando artículos en una sala de redacción? Es complejo. Esta situación fuera de lo común es la descripción que María Balinska hace de su célebre proyecto: ‘The Conversation’ (TC), Australia.

Se trata de un medio de comunicación que publica artículos escritos por académicos.

Los textos -que están bajo la licencia de Creative Commons- pueden ser replicados.

Contra todo pronóstico, TC ha logrado un alcance envidiable para muchos portales: alrededor de 35 millones de visitas al mes, seis oficinas en otros rincones del mundo y más de 40 mil suscriptores en EE.UU.

Esta iniciativa, financiada por universidades y otras organizaciones, nace de la frustración de investigadores que sentían que sus ideas, cuando trascendían, eran distorsionadas.

Para Balinska, extraer los descubrimientos de la burbuja universitaria es una estrategia que aporta y funciona. “Las investigaciones de las universidades son relevantes, iluminan aspectos de nuestra cultura y de nuestra historia, pero mucho de ello nunca sale de los campus. Al abrir ese espectro no solo consigues tener un modelo fantástico que en realidad tiene mucho sentido, sino que además enriqueces al periodismo”, explicó en una entrevista publicada por el portal de Arcadia. Allí también hace una exposición del método de trabajo, que consiste en darles herramientas de escritura a los expertos y proponerles que desarrollen artículos sobre temáticas relevantes y de interés general. Esta idea se ha replicado en nuestro país bajo el mismo nombre: La Conversación. Pareciera que establecer vínculos estratégicos es una de las fórmulas para alargar la vida del oficio que, a veces, parece estar en peligro de extinción.

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