FARC: ¿Adiós a las armas?

ACUERDO. El jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, a su llegada ayer a Buena Vista, donde se cumplirá hoy la dejación de armas. (AFP)
ACUERDO. El jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, a su llegada ayer a Buena Vista, donde se cumplirá hoy la dejación de armas. (AFP)

Colombia espera que hoy se cumpla la jornada histórica en que la guerrilla ha prometido que dejará su armamento.

VILLAVICENCIO, REDACCIÓN INTERNACIONAL – EFE

Los colombianos vivirán hoy una jornada histórica cuando en un acto simbólico en uno de los antiguos fortines de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se dé por concluida la dejación de armas por parte de esa guerrilla, que más adelante se convertirá en un partido político.

El acto tendrá lugar en una de las áreas de reunión de las FARC, la zona veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Buenavista, también llamada La Guajira y ubicada en Mesetas, municipio del departamento del Meta, en el centro del país, cuya capital es Villavicencio.

El Gobierno estará representado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien el pasado viernes en París, durante una visita de Estado a Francia ya proclamó el fin de las FARC como grupo armado, y por esa guerrilla estará su máximo jefe, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’.

Preparativos

El jefe de las FARC, que desde el mes pasado está instalado en la ZVTN de Caño Indio, en Tibú, municipio de la convulsa región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, viajó ayer a Mesetas para el acto de dejación de armas en manos de la ONU.

«Nos despedimos de Caño Indio y vamos rumbo a Mesetas para ser parte de un momento histórico para Colombia», escribió en su cuenta de Twitter.

Otro jefe de las FARC, Julián Gallo, alias ‘Carlos Antonio Lozada’, afirmó que ya están Buenavista (Mesetas) «preparando todo para el evento del 27 de junio».

Olvidando el conflicto

El Meta es una de las regiones con más presencia de las FARC y de las que más sufrió el conflicto armado, y prueba de ello es que de las 26 ZVTN donde las FARC están dejando unas 7.000 armas y preparando su desmovilización, tres están en ese departamento, en las localidades de Mesetas, La Macarena y Vista Hermosa.

Allí arreciaron en el pasado las balas guerrilleras, paramilitares y del Ejército y la Policía y ahora se han multiplicado los esfuerzos para hacer olvidar el conflicto.

Nueva vida

En esa región de los Llanos Orientales, uno de esos territorios donde se puede perder la vista en la inmensa planicie, las FARC también sembraron el terror con una de sus armas más mortales: las minas antipersona.

Tanto es así que en toda el área de Mesetas comenzaron a trabajar las unidades militares especializadas y los equipos internacionales para tratar de limpiar el territorio de unos explosivos que han condicionado la vida y el trabajo agrícola de los habitantes.

En una de las veredas (aldeas) que componen Mesetas, la de Santa Helena, trabajaron sin descanso para convertirla en la segunda del país en quedar libre de minas y dar una nueva vida a los pobladores.

Será, por tanto, un acto cargado de simbolismo por el contexto geográfico pero también temporal.

El M-19, un ejemplo

Después de medio siglo de conflicto armado, cuatro años de diálogos de paz, un plebiscito que puso en riesgo el proceso y siete meses del implementación del acuerdo, por fin verán los colombianos cómo la guerrilla más antigua de América Latina entrega la última de sus armas personales.

Esa es la imagen que debe pasar a la historia, así como la que dejaron en los años 90 otras guerrillas como el Ejército Popular de Liberación (EPL), de origen maoísta, o el indigenista Movimiento Armado Quintín Lame.

Pero sobre todo, la imagen que más recuerdan los colombianos fue la del máximo líder del Movimiento 19 de Abril (M-19), Carlos Pizarro, ordenando a sus hombres dejar las armas y posteriormente envolviendo su pistola en la bandera de Colombia para desarmar a esa guerrilla, la única que ha tenido cierto peso político sin armas.

Esa es también la imagen que han querido evitar las FARC, puesto que consideran que puede ser interpretada como la rendición de una guerrilla que, tanto militar como socialmente, está muy lejos de su mejor momento.

Poco se ha visto

Hasta el momento lo único que han podido ver los colombianos de la dejación de armas ya casi conclusa de las FARC, fue un breve instante el pasado 13 de junio en otra ZVTN, la de La Elvira que forma parte del municipio de Buenos Aires en el Cauca.

Allí un observador argentino de la Misión de la ONU recibió ante las cámaras oficiales, en un acto al que no tuvieron acceso los periodistas congregados, seis armas de las FARC.

En la escena, notablemente coreografiada, no había ningún guerrillero, aunque varios centenares de ellos la seguían en un monitor cercano dentro de la propia zona veredal.

No son todas las armas

Hoy tendrá lugar la última escena, la que puede terminar con las suspicacias de quienes han criticado que el proceso se haga a espaldas de las cámaras.

Quedarán por recoger las armas que las FARC guarda en más 900 caletas (escondites) en diferentes parte del país, proceso que debe concluir a más tardar el primero de septiembre.

Desarrollo rural

Francia ayudará al posconflicto

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, insistió ayer en su convicción de que la paz aportará a Colombia «más bienestar, más tranquilidad y más desarrollo», pero también en que es un proceso largo.

Así por ejemplo, «los siete millones de víctimas del conflicto no podrán obtener reparación enseguida» y por eso se han previsto 15 años para poner en marcha todos los programas de atención, explicó.

Sobre el hecho de los acuerdos de paz contemplen que antiguos guerrilleros, incluso algunos acusados de crímenes contra la humanidad, puedan entrar en el Parlamento, argumentó que en todo el mundo «cuando hay un proceso de paz los grupos insurgentes aceptan deponer las armas a cambio de la posibilidad de hacer política».

Y «en Colombia -precisó- les hemos dado sólo la posibilidad de estar presentes en el Parlamento presentándose a las elecciones. Es preferible tenerlos en el Parlamento que verlos secuestrar, robar, traficar, matar en las montañas de Colombia».

Desaprueban acuerdos con FARC y diálogos con ELN

El 69% de los colombianos desaprueba la gestión que está haciendo el ejecutivo colombiano parta llevar los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN)-que se realizan en Quito a ‘buen puerto’.

Únicamente el 25 % aprueba la manera en que se está llevando a cabo este proceso.

Los nativos digitales, personas entre 18 y 24 años, son los más críticos con el Gobierno, ya que el 73% desaprueba la gestión del ejecutivo y la aprueba únicamente el 22%, mientras que los mayores de 55 años, desaprueban en un 59 % y aprueban en 33 %, hecho que refleja el descontento de la ciudadanía que puede ser explicado por los constantes ataques del ELN a la población civil.

En lo que tiene que ver con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la implementación del acuerdo que se logró en La Habana, el 70 % dijo desaprobar la forma en la que se está llevando este proceso mientras que únicamente el 25% apoyó lo que están haciendo las diferentes instituciones para que se lleve a cabo lo pactado.

El sondeo fue realizado por la firma internacional YanHaas.