Piden ayuda para 110 pescadores ecuatorianos detenidos por drogas en cárceles internacionales

ANGUSTIA. Alexandra, esposa de un pescador identificado como Jorge B., detenido en Costa Rica. (Foto Ministerio de Justicia)
ANGUSTIA. Alexandra, esposa de un pescador identificado como Jorge B., detenido en Costa Rica. (Foto Ministerio de Justicia)

La Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras Artesanales del Ecuador pide asistencia judicial para estos pescadores que han caído en las redes del narcotráfico.

GUAYAQUIL

El sector pesquero artesanal del país pidió la conformación de una comisión multisectorial, para que se encargue de los procesos judiciales de 110 pescadores detenidos en cárceles de Costa Rica, Estados Unidos y otros países de Centroamérica, por delitos de supuesto tráfico de drogas.

Para esto, la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras Artesanales del Ecuador (Fenacope), dijo que dicha comisión se integraría con un proyecto de proyecto de resolución a la Asamblea Nacional, el cual además prevé exigir mayores controles a las fronteras marítimas del país.

“Pedimos una comisión inter-institucional que analice cada uno de los casos de los compañeros, para que se pueda tramitar sus repatriaciones al país y puedan cumplir sus condenas en el Ecuador”, dijo Gabriela Cruz, presidenta de este gremio.

Mientras tanto, señaló que cinco pescadores detenidos en Estados Unidos, por haber sido apresados en medio de operativos antidrogas, ya han vuelto al país a cumplir sus procesos en cárceles ecuatorianas.

Esto es parte del plan de repatriación del Ministerio de Justicia. Solo en 2016 se tramitaron 30 repatriaciones de ecuatorianos presos en EE.UU y Centroamérica. En enero de este año, la Cartera de Estado anunció la repatriación de seis compatriotas desde EE.UU.

Cruz señala que la Federación además busca que el Estado apoye a las esposas de quienes están con problemas con la justicia. “Pedimos una línea de crédito social para las mujeres cuyos esposos tienen problemas puedan sostenerse a través de negocios alternativos”, indicó.

En los próximos días, el sector se reunirá con representantes de la Secretaria de Drogas y el Ministerio de Justicia, con el objetivo de tratar este caso y otros que tienen relación con la seguridad en el mar.

La Fenacope, además, dio cuenta del robo de unos 300 motores fuera de borda durante asaltos cometidos por “piratas” que operan en el perfil costero del país. Cruz indicó que los hechos delictivos se han incrementado debido a la falta de patrullajes en las zonas, donde el sector realiza sus faenas de pesca.

El gremio demanda de las autoridades de Marina y Policía, que se retomen estas acciones con la finalidad de evitar que se sigan cometiendo más hechos a cargo de la delincuencia que a más de robar motores y pesca, también asesina.

“Más allá de todas las falencias que hay en el mar por la delincuencia, invito a todos nuestros compañeros a unirnos para demostrar que tenemos fuerza”, sostuvo.

Franklin Espinoza, pescador de la zona de Santa Rosa, señaló que ha sido víctima de los “piratas” que actúan en la zona oficial de pesca varias ocasiones. “Son despiadados porque disparan al cuerpo, nos matan y se nos llevan los motores y todo el diario trabajado”, dijo. El pescador demandó ayuda de las autoridades para poder seguir con sus faenas junto a los más de 40 mil hombres cuya subsistencia familiar depende de su trabajo en el mar.

El obrero espera que se retomen los patrullajes y que las autoridades de justicia investiguen bien y no dejen libres a los pocos sospechosos que se apresan. (DAB)

Baile de cifras

El Ministerio de Interior tenía una lista de 27 pescadores con nombre y apellido, que estaban detenidos en Centroamérica y Estados Unidos en 2016. Pero la cifra amenaza con ser mayor, según las quejas de familiares de pescadores en las provincias de Manabí y Esmeraldas. Solo en Jaramijó, una pequeña caleta de pescadores en Manabí, se creó a finales de 2016 una asociación de esposas y madres de pescadores involucrados en el narcotráfico y reportó la falta de 70 de ellos. La madre de un pescador de 26 años, sentenciado a 11 años en Estados Unidos, coordina el grupo. No da su nombre por temor a las represalias, pero defiende a los pescadores: “Ellos no son traficantes, son usados por el narcotráfico, no deberían pagar una condena de tantos años. La ilusión de una vida, de construir una casita a lo mejor los empuja”.