Las FARC, de las armas a la política

ESPERANZA. Durante una concentración en Cauca, varios ciudadanos portan folletos sobre la paz. (AFP)
ESPERANZA. Durante una concentración en Cauca, varios ciudadanos portan folletos sobre la paz. (AFP)

Es muy difícil que el partido que los guerrilleros formen tenga acogida entre los ciudadanos. Análisis.

BOGOTÁ, AFP

La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) completó su desarme en cumplimiento del acuerdo de paz firmado con el Gobierno y con el objetivo de hacer política: una transición que no se vislumbra rápida ni fácil en un país que aún les ve con desconfianza.

Los retos para quienes combatieron al Estado con armas por más de medio siglo son muchos y variados, pero, según expertos, uno resulta clave: arrancar con buen pie su conversión a la política.

«El desafío más grande es que ese partido político que nazca tenga acogida entre los demás partidos, de modo que quieran hacer alianzas con ellos, formar coaliciones; pero aún mayor es el de lograr que la gente quiera votar por ellos», aseguró la analista política Angelika Rettberg.

«Hay muy mala opinión de las FARC y de su legado histórico, y convencer a los colombianos de que han hecho una transición, no solo en sus acciones sino también en su forma de entender la relación Estado-ciudadanos, será un reto importante en los próximos años», explicó esta profesora de la Universidad de Los Andes.

Cambio de visión

La importancia de crear un partido sólido está clara para muchos de los 7.000 miembros de las FARC, que están concentrados en 26 puntos del país mientras se completa su reinserción y que en las próximas semanas recibirán amnistías o pasarán a ser juzgados en tribunales especiales según los delitos que hayan cometido.

En la zona de concentración de Colinas (sur), un guerrillero leía hace unos días a la luz de una vela los «lineamientos para el congreso fundacional del partido», previsto para agosto. «Hay que estudiar mucho para saber cómo ejercer la política», dijo.

Otra dinámica

Para el académico Álvaro Villarraga, en su transición las FARC «no solamente pasan de la guerra a la paz, sino a una visión más abierta, más tolerante, para la cual tuvieron un aprendizaje intenso en el desarrollo de la negociación» y que han venido usando en sus discursos, ahora más cercanos y menos agresivos.

«Eso, sin embargo, entra en tensión con un segundo elemento: la concepción marxista-leninista que traen y las prácticas políticas de la clandestinidad. Pero como esto es un proceso, si afinan su discurso, podrán a la larga fortalecerse y ser un factor que aporte a crear una nueva dinámica política en Colombia y particularmente en la izquierda», consideró Villarraga, directivo del Centro de Memoria Histórica.

Garantías de seguridad

Crear un discurso que cale en sectores urbanos, los que más votan en Colombia, será otro reto para las FARC -que además tienen extracción campesina- según ambos expertos: criticar el sistema actual sin mencionar la necesidad de una revolución y promulgar puntos de vista «más fáciles de compartir por el ciudadano común» como pedir mejor educación o salarios, podrían ser la alternativa.

Un soldado muerto y otro herido en ataque de ELN

Un soldado murió y otro resultó herido ayer en un ataque atribuido al ELN, única guerrilla activa de Colombia y que negocia la paz con el Gobierno en Quito.

El soldado Ascencio Tapiero Lenin falleció y otro uniformado no identificado quedó herido luego de ser atacados con disparos por presuntos guerrilleros del ELN en zona rural de la vereda Llana Baja del municipio de Teorama, departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.

El hecho ocurrió cuando integrantes de la Séptima División del Ejército desarrollaban operaciones de seguridad y defensa para la protección especial y reparación del Oleoducto Caño Limón Coveñas, el segundo más grande del país y atacado con frecuencia por los insurgents.jueves

CIFRAS

82%
de colombianos desconfían de las FARC.

65%
aseguran que no cumplirán el pacto de paz.

260.000
muertos ha dejado la Guerra.

60.000
desaparecidos.

7,1
millones de desplazados.

53
años de enfrentamientos.