Yunga se propone retratar al ciberespacio. Su obra se muestra desde hoy.
Todo está a la vista, pero no se lo puede ver. Desde varios ángulos uno puede contemplar un objeto, pero hay ángulos donde este se vuelve inalcanzable a la vista. ¿Cómo retratar a lo imperceptible? ¿Qué vemos desde un ángulo ciego?
La pregunta es el primer paso para el conocimiento y es el principal indicio de la curiosidad. Y la curiosidad es lo que más prima en la propuesta artística de Moisés Yunga, de 24 años, quien realiza su primera exposición individual en Ileana Viteri Galería.
Yunga inaugura hoy su muestra ‘Ángulo ciego’ (19:30), una exposición que no solo estimula a la vista sino que alimenta a la imaginación del espectador, quien difícilmente escapa del juego planteado por el artista.
Entre puntos, líneas, cuadrados, círculos y triángulos, Yunga se propone retratar al ciberespacio, y el público será el encargado de dar forma a aquello.
La interpretación, ese diálogo entre obra y espectador, surge sin trabas frente a sus trazos. Su serie ‘Interconexiones’ es una muestra de eso, donde cientos de imágenes –al igual que los portales Web- pueden aflorar desde un ejercicio de contemplación.
Recursos
Si hay un tema contemporáneo al que se puede apelar, ese es lo referido al Internet. Desde el dibujo y la pintura, Yunga demuestra que se puede abordar sin problemas a estos espacios.
Basado en el principio piagetiano de ‘aprender haciendo’, el artista marca una relación íntima entre los papeles, los rapidógrafos, la acuarela y los óleos. Lo manual, lo clásico y lo moderno, serán los mejores aliados de Yunga en su aventura por retratar lo etéreo, lo abstracto, lo digital.
“¿Qué color le pondrías al Internet?”, dispara el artista para explicar su predilección por el azul, color que incisamente se mira una y otra vez desde distintos tonos, y que será capaz de devorar al propio Yunga en sus autorretratos. Ese azul que saluda al ingresar a Windows, que se apoderó de Facebook y que tenuemente se posa en las alas de Twitter.
Desde la profundidad, el artista se encarga de (re)crear una textura que se bambolea entre la sombra y la vivacidad en ciertas superficies, dando paso a que sus figuras de transformen en vínculos e hipervínculos capaces de remitirnos a nuevas conexiones capaces de ahogarnos, tal como lo hace el océano del Internet que parecería que vive en marea alta perpetua.
Así, Yunga reflexiona sobre el hombre-archivo. “Parecería que estamos condenado a ser bits, a acumular una gran cantidad de contenidos e informaciones. Solo valdría nuestro cerebro, como lo que sucede con Stephen Hawking, de quien solo nos interesa su mente y su cuerpo es desplazado”, concluye el artista. (DVD)
TOME NOTA
La muestra se inaugura esta noche, a las 19:30 en la Galería Viteri (Destruge y Salazar).