Espalda al clima

LUIS COELLO KUON YENG

Que Estados Unidos haya salido del Acuerdo de París para combatir el cambio climático, no sorprende, puesto que el mandatario Donald Trump siempre se lo notaba en contra de las políticas de su antecesor, llegó a tildar a la iniciativa Obamacare como ridícula y la iniciativa para los problemas ambientales como secundaria frente a, su política de refundar su nación haciéndola más fructífera por encima de aspiraciones y deseos de mancomunidad con el medio ambiente para las futuras generaciones. Esto lo esbozó en su célebre frase “Make great America again”.

A propósito de la salida “al garete” de los Estados Unidos leí un interesante artículo acerca de la laguna de Atescatempa que yace en lo que se conoce como el Corredor Seco Centroamericano, región occidental de Guatemala. Esta laguna otrora fuente de alimentos y turismo para esa región se ha secado. Los científicos no saben a ciencia cierta que la origina pero presumen que podría tratarse del patrón climático cíclico conocido como El Niño, un fenómeno que, en regiones como el Corredor Seco, ocasiona estaciones de lluvia inferiores al promedio. Sin embargo, esta región está experimentando una de las peores sequías que ha sufrido en la última década.

Un estudio de 2013 publicado en la revista Nature, predijo que El Niño se volvería más frecuente conforme aumentara la emisión de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera. Un ejemplo minúsculo si consideramos a todo un planeta, el único con las condiciones de albergar vida. ¿Qué implica la salida de esta poderosa nación del Acuerdo de París? pues, indica que el principal contaminador de la atmosfera da la espalda al mundo, diciéndole algo muy claro y conciso; “me importa sólo mi interés industrial, minero, hidrocarburífero, agrícola y económico con tolerancia cero a los ambientalistas declarando que el cambio climático es una quimera falsa, que están primero mis intereses sobre los demás”.

Pero se equivoca el gobierno americano si pretende creer que las catástrofes climáticas son sólo de otros países y no de ellos. Las consecuencias de la irresponsabilidad al quemar combustible fósil caerán sobre todas las naciones, siendo las más pobres quienes van a ser las más golpeadas y las que van a padecer de manera más ingente todos los fenómenos climáticos alrededor del calentamiento global. Los objetivos específicos de los países es ejercer rectoría sobre las emisiones de gases con la finalidad de evitar que la temperatura aumente de dos grados centígrados. Si se da lo contrario, explica Jacob Schewe, del Instituto Potsdam de Alemania, este aumento provocaría deshielo, aumento de niveles de los mares, inundaciones y sequías en regiones determinadas.

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