Si aún había escépticos sobre el divorcio que se está dando entre Correa y Moreno, creo que con los últimos acontecimientos las dudas solo pueden disiparse y más bien puedan ya dar espacio a la idea generalizada de que por parte de Moreno se está dando una contrarrevolución que tal vez muy pocos se esperaban. Tanto es así que empiezo a estar seguro de que, si hubiese ganado Guillermo Lasso, para Correa las cosas iban a ser más fáciles pues tenía que enfrentarse a su oposición histórica mas no a una oposición impredecible y escurridiza como la que se está dando casa a dentro.
Hasta Barrera se ha alejado del que le hizo ganar la Alcaldía de Quito hablando de las debilidades de Yachay y obligando al exmandatario a puntualizar algunos aspectos, resaltados por el ahora responsable del Senecyt, vía Twitter. Pero las divisiones son muchas y en algunos aspectos son de fondo más que de forma y van desde las diferencias marcadas sobre la ley de comunicación y el caso Assange hasta la enorme abertura al sector privado.
Sin embargo, como en todos los divorcios, los que más pagan son los hijos y en este caso el hijo se llama Jorge Glas. Pero hay una anomalía, me parece que de darse este divorcio Moreno no quisiera quedarse con este “hijito” y más bien esté haciendo todo lo posible para que renuncie a su cargo, por las buenas o por las malas, de Vicepresidente pues la agenda de uno y del otro son totalmente incompatibles. Otros hijos que deberán decidir muy pronto de qué parte estar son el presidente de la asamblea y los mismos asambleístas de AP a los que en general ya se los ha puesto a la prueba y han demostrado tenerle más cariño a Correa que a Moreno.
Con respecto a los ministros y al gabinete de Moreno creo sea muy plausible que más temprano que tarde la mayoría vaya a ser reemplazada por hombres de confianza exclusiva del actual mandatario. Queda pendiente la lucha para la custodia del fiscal general Carlos Baca, pero aún es temprano para opinar. Ahora solo nos falta ver las palizas y los golpes bajo que se seguirán propinando, pues este divorcio no es consensual y muy pronto no podrán guardar las apariencias.