El rock y el sentir andino en el inicio del nuevo año indígena

RITUAL. Las bandas honran al fuego con música propia y con instrumentos andinos.
RITUAL. Las bandas honran al fuego con música propia y con instrumentos andinos.

Texto y fotografías: Viviana Herrera A.

@ViviHerreraA

En la Loma de Guayabillas, en Ibarra, se realiza un encuentro de metal extremo. El lugar donde se ubica el sonido es modesto y rústico, el patio de la casa donde se hace el evento está cubierto de plantas nativas, cactus y árboles frutales. A este sitio llegan alrededor de 70 personas para ver a agrupaciones de Quito, Carchi, Ibarra y Cayambe. Varios cabellos largos, chompas de cuero, botas y el color negro dan vida al barrio que todo el año pasa escondido y en silencio.

Este acto se lleva a cabo en cada nuevo año andino y para recibirlo se enciende el fuego en la mitad de un patio de tierra, a lado de este sitio de cemento, es donde se realizará el encuentro musical.

Al caer la noche, las bandas de música empiezan a presentarse una a una y a la par, en un horno de leña, se cocina una pizza para compartir con los músicos, los espectadores y la killa que se va imponiendo en el cielo imbabureño.

Reivindicación ideológica

Ya en el concierto, instrumentos como el bajo y el doble bombo dieron paso al charango, la guitarra acústica y a la quena. Al mosh le sustituyó el zapateo; a las voces roncas y gruesas, palabras de poder; al signo de cuernos, los aplausos.

El ritual pagano había llegado a su esencia, donde lo andino se conjuga con las cabelleras largas, la ropa negra y la reivindicación ideológica. “Somos hijos de una misma tierra y a través de la música expresamos el respeto a nuestros taitas, mamas y a nuestra historia”, manifestó horas antes Javier Revelo, del grupo musical Arutam.

Así reciben los rockeros andinos el mushuk nina (fuego nuevo), que da inicio al nuevo año indígena.

VOCES. La evolución de la música rock ha permitido que tenga más de 60 años de existencia entre una desaprobación social.
VOCES. La evolución de la música rock ha permitido que tenga más de 60 años de existencia entre una desaprobación social.

Un ritual para honrar

Gestos como regar un poco de bebida al piso antes de beberla es una muestra de respeto y agradecimiento a la Pachamama. Honrar al fuego con música propia y con instrumentos andinos, bailar alrededor del fuego, invocar y agradecer, demostraban que los amantes del folk metal hacen de esta expresión musical un estilo de vida. El legado de los ayllus (familia) se mantiene vivo, pero esta vez la historia se difunde en notas de black metal andino.

El ritual dura hasta las 06:00 y el fuego que ha sido alimentado toda la noche con incienso y leña seca se apaga cuidadosamente con agua.

La indumentaria de los metaleros ancestrales no difiere de la imagen con la que se asocia al rockero; sin embargo, utilizan accesorios alusivos a la chakana, pulseras con tejidos tradicionales, de mullos y de hebras vegetales con colores vivos y representativos de la comunidad indígena.

La sabiduría de los pueblos kichwas

La cosmovisión andina se caracteriza por ser una cultura aglutinante, donde todo ser vivo tiene una conexión entre sí y con la Madre Tierra. La armonía y la convivencia con la naturaleza es uno de los principios de los pueblos kichwas.

Las fiestas tradicionales son los rituales representativos que agradecen a la Pachamama por los alimentos recibidos, por una buena cosecha, por una tierra fértil. Estas conmemoraciones son una herencia que se difunden de generación en generación, transmitidas por los taitas, las mamas, los abuelos y los sabios de cada comunidad y que se comparte con propios y extraños.

El conocimiento andino se basa también en el uso adecuado de las plantas y los montes para curar sus heridas, aliviar sus dolencias y ahuyentar el mal de ojo o el mal aire y las malas energías. Saberes que se adquieren a través de un conocimiento milenario y que constituyen la medicina alternativa.

Los principios del equilibrio

La convivencia y la armonía con la naturaleza rigen la vida de las comunidades; donde todo nace y todo muere, manteniendo un equilibrio en el cosmos y en la vida del ser humano, a esto Estermann lo define en cuatro principios: de correspondencia, de complementariedad, de reciprocidad y de ciclicidad.

El principio de correspondencia es la relación que existe entre la Pachamama, el cosmos y el ser humano, lo cual permite que los recursos naturales puedan cumplir con su ciclo de vida. En esta fase es donde se desarrollan los rituales como una muestra de agradecimiento, compromiso y veneración a la Madre Tierra.

Mientras que el principio de complementariedad conjuga lo femenino con lo masculino como un mismo ser. Y, por otro lado, está el principio de reciprocidad que trabaja en base a lo que das y recibes. Y finalmente el principio de ciclicidad, en el cual se concibe la vida como un círculo.

Las celebraciones populares están llenas de significados semióticos, políticos, sociales, culturales, musicales y un sincretismo religioso que se expresan a través de códigos y simbologías.