Tribunal ordena que disculpas públicas en caso de Michael Arce sean en la Esmil

VIDA. El sueño de Michael Arce (d) era ser el primer general afro de las Fuerzas Armadas ecuatorianas.
VIDA. El sueño de Michael Arce (d) era ser el primer general afro de las Fuerzas Armadas ecuatorianas.

Una de las medidas de reparación que ordenó la justicia ecuatoriana era una ceremonia de disculpas públicas

Por orden del Tribunal de Garantías Penales de Pichincha la ceremonia pública (no militar) de disculpas a Michael Arce se deberá lleva a cabo mañana, a las 10:00, en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro (Esmil). Se trata de una medida de reparación dentro de la primera condena por odio racial en Ecuador contra un oficial del Ejército ecuatoriano.

Según Juan Pablo Albán, abogado de Michael Arce, las disculpas públicas en este caso no se han realizado porque el comandante del Ejército, general Luis Castro, presentó un escrito arguyendo que la Esmil nunca fue parte procesal en este caso. Sin embargo, la Justicia ecuatoriana determinó que las disculpas públicas tenían que darse en el lugar donde ocurrieron los hechos.

Contexto

En julio del año pasado, la Corte Nacional de Justicia ratificó la sentencia de cinco meses y 24 días de presión en contra del capitán Fernando Encalada por el delito de odio racial.

Desde que Michael Arce ingresó a las filas del Ejército fue objeto de hostigamientos que consistieron en maltrato físico y sicológico y que se dieron en virtud de que él es afroecuatoriano.

En el expediente de su caso consta que a Arce no le daban su comida o le obligaban a comer en el piso, le aplicaban baños de agua fría, le ordenaban a hacer guardia por periodos prolongados de forma injustificada o le obligaban a boxear con más de un soldado a la vez.

Según peritajes, Arce tenía señas de una fractura de nariz y demás golpes que recibió.

El hostigamiento incluía insultos en base a su origen racial, como “negro vago”, además de otros que tenían connotación de género, porque le decían que era “menos que una mujer”. El culpable de estas acciones, según determinó la Justicia ecuatoriana, era el entonces teniente Fernando Encalada. (MMD)