Aquello de los brujos

POR: Germánico Solis

La población indígena es parte sustancial de la cultura imbabureña y nacional. Otavalo se distingue por sus visiones cosmológicas y maneras particulares de entender al mundo material y espiritual. Los alcances de lo mágico – religioso sobrepasan a lo puramente religioso. Muchos fenómenos son entendidos como consecuencia del comportamiento de los espíritus que ordenan la vida humana, vegetal y animal.

Los indígenas entienden a los dioses como entes oficiosos de los acontecimientos buenos y malos, y a la vida como un firme enfrentamiento entre el bien y el mal. Se ofrecen ritos, donde se religan la magia y la religión. Lo sobrenatural influye en la salud y en la enfermedad, de tal manera que el humano está expuesto a sufrimientos, y éstos a curaciones que sanan el mal de ojo, el mal viento, el espanto, los padecimientos causados por las hechicerías como acción de los malos y buenos espíritus.

La estabilidad del bienestar está sujeta a las fuerzas mágicas positivas, hasta tanto aparezcan los dolores causados por el enojo de los dioses. Influye la religión para remediar las enfermedades, deben entenderse las faltas humanas como el pecado, y yerros de no haber cumplido con el bautizo y más celebraciones religiosas. El castigo se evidencia como efecto de la ira de los dioses, y las dolencias como producto de la envidia y mala energía por la falta de una buena relación social.

Aparece el curandero como el espiritista que ha de sanar los males de la calle o los aparecidos por transitar por lugares pesados. Él, en función a un análisis, recurre a ritos, y como parte ceremonial están el alcohol, velas, el cigarrillo, colonias, flores, cuyes y oraciones que invocan a santos, montañas y ríos. Las enfermedades más graves son tratadas por los brujos, las pérdidas económicas, malas cosechas, enfermedades raras, como efecto de voluntades dañinas y del trabajo sucio de los brujos dedicados al mal.

Los brujos son reconocidos por la comunidad y respetados. Trabajan solos frente al afectado para impedir que se arruine la curación. Hay los que trabajan para contrarrestar la maldad de los que obran para la oscuridad o el diablo.