‘Los Compadres’ resaltan la identidad montuvia

TALENTO. La agrupación promueve el arte en cada una de sus presentaciones.
TALENTO. La agrupación promueve el arte en cada una de sus presentaciones.

Una de las tradiciones que tienen es enamorar a las personas mediante canciones y amorfinos.

VINCES, LA HORA

La agrupación teatral ‘Los Compadres’, compuesta por cuatro talentosos personajes, se proyecta en el mundo del arte a escala nacional.

Fortunato Lupercio Quijije Ronquillo se considera un montuvio desde la cabeza hasta los tobillos. Él es parte de este cojunto que trabaja en el parque histórico de Guayaquil hace casi dos décadas y también recorren Vinces, en Los Ríos.

Mientras que Vicenta Saldibia, casada con Fortunato y con quien tiene 12 hijos, entre sus frases todo el tiempo repite: “Primo que no coja a la prima no es prima”.

Por su parte, Agapito Escobar, quien es el compadre Jacinto, es el encargado de la música. Para completar el elenco está Rita Reyes, a quien cariñosamente le dicen La Vicenta.

Situación

Fortunato contó que se iniciaron hace 17 años en los parques de Guayaquil por una proyección que se quería hacer de las costumbres y tradiciones del litoral ecuatoriano. “Nos invitaron como grupo de teatro y desde ese entonces el público se enamoró de nuestro trabajo”.

EL DATO
‘Los Compadres’ son un grupo con trayectoria, han viajado a diferentes países llevando su arte. Este conjunto de actores montuvios vienen trabajando en este arte pese a los altibajos. Cuentan sentirse muy a gustosos con todo este bagaje cultural, al cual consideran muy digno.

“Los montuvios estamos enamorados de nuestras tradiciones y costumbres de las cuales no sentimos vergüenza ni de la forma cómo se habla, porque los españoles nos dejaron esa tradición hace 500 años, nos conquistaron y nosotros les dimos nuestra propia identidad y dulzura que la llevamos adelante a través del teatro y del arte”, concuerdan estos talentosos teatreros.

ARTE. ‘El baile del sombrerito’ en las fiestas típicas son el lugar de expresión de los amorfinos. (Foto: guayas.gob.ec)
ARTE. ‘El baile del sombrerito’ en las fiestas típicas son el lugar de expresión de los amorfinos. (Foto: guayas.gob.ec)

Todo con rima

Los actores agregaron que el amorfino está compuesto de cuatro versos octosílabos, que tienen que rimar uno con otro y de esa manera se le da la entonación musical que sirve para enamorar a una montuvia de la región.

“La décima es un poco más complicada, son diez versos octosílabos, que tiene que rimar uno con otro”, resalta Agapito Escobar. También dice que en el parque histórico tienen la casa de San Juan de Puebloviejo desde 1982, muy cercana al cantón Vinces. “Hemos hecho ciertas historias, de ahí se preparan obras de teatro de pueblos montuvios, como la fiesta del cacao, que es la historia de Vinces”, comentó el compadre Jacinto, y añadió que “cuando decimos ‘el montuvio ecuatoriano’ estamos redundando, montuvios solo hay en la Costa de Ecuador”.

Ellos en el parque Histórico de Guayaquil llevan a cabo presentaciones de amorfinos, cuentos y leyendas los domingos y los feriados. Estos actos se los informa a través de agendas, correos, redes sociales y medios de comunicación. (JGA/MCC)

¿Dónde nacieron los amorfinos?

Los amorfinos son composiciones cortas poéticas o canciones de origen popular. Pertenecen a la tradición oral de los pueblos, donde, diferenciando de la copla, se mezcla lo romántico con sentimientos impuestos por alguna vivencia del corazón.

El humor es parte esencial de esta típica forma de expresión de los pueblos, como el ecuatoriano y el peruano.

El amorfino además es una forma de expresión popular, natural y que expresa un sentimiento enmadejado en la comicidad por la fatalidad.

Amorfinos
En rima

Amorfino no seas tonto,
Aprende a tener vergüenza:
El que te quiso, te quiso
y el que no, no le hagas fuerza

Autor: Anónimo

Las muchachas de este tiempo
Son como el pan en la mesa:
Cara al uno, cara a otro
¡qué cara tan sinvergüenza!

Autor: Anónimo

La experiencia nos enseña
que en las cosas del amor
la mujer es una gata
y el hombre, un simple ratón

Autor: Justino Cornejo.