AUTOR: CARLOS CONCHA JIJÓN
Da la impresión que este vidrio está hecho de un material irrompible, similar a determinada marca de vajillas, cuyos platos, que chocaban contra el planeta no tenían ni una fisura. Eso es lo que se llama un vidrio resistente, al que no le hace mella ningún golpe, así fuera éste un golpe bajo, que generalmente causan estragos.
Cuando Roma era un imperio, se dijo, que todos los caminos conducían a Roma, hoy que no hablamos de imperios, nos estamos dando cuenta que todos los dimes y diretes, inexorablemente, apuntan al irrompible que se mantiene incólume, muy resistente, a decir la verdad, frente a la andanada de acusaciones que son disparos, hasta ráfagas de ametralladoras y algunos obuses solitarios que hacen más ruido que estragos. No tengo la menor duda que este vidrio es más resistente que un acorazado de la armada de los EE.UU., pues, las descargas belicistas rebotan en el casco y solo producen pequeñas chispas ocasionadas por el roce con el vidrio.
De todo este accionar beligerante entre los que quieren mantener al vidrio incólume para demostrar que es irrompible e incorruptible en callar la verdad y los que a toda costa quieren trisarlo con pedradas, de esas que se llaman piedras finas por ser más duras, llegamos a la conclusión irrefutable que el vidrio está blindado por una argamasa de más de cien seguidores fundidos en el laberinto incomprensible de una ideología fascista, que practica el totalitarismo y sufre de alergia congénita a la democracia.
El vidrio blindado permanecerá bajo esa cobertura y por ahora no llegaremos a conocer cuáles son esos secretos comprometedores. Si queremos abrir la caja de sorpresas, resulta un imperativo poner al desnudo al cristal, sin blindaje, para llegar a determinar su contenido ético o simplemente concluir que se optó por blindar al vidrio para ocultar la evidente verdad de corrupción encubierta por la AP (Argucia Planificada).