El servicio, con presencia en el mundo, comenzó a funcionar a las 16:00 de ayer en Quito y Guayaquil.
A pesar de no considerarse a sí mismas como empresas de transporte sino de tecnología, Uber y Cabify son dos firmas cuyo negocio gira en torno a un servicio de transporte y esto han generado dos reacciones completamente opuestas en el sector. Por un lado, la aceptación de sus clientes, quienes valoran el servicio; y por otro, el rechazo y las protestas de las cooperativas de taxis tradicionales.
Desde hace un año, en Ecuador solo funcionaba Cabify. Para poder obtener su servicio solo se requiere de la descarga de una aplicación en el celular, donde se registra una tarjeta de crédito o débito para los pagos. Según Daniel Arévalo, gerente de esta firma en el país, el crecimiento de la empresa ha sido del 20% mensual tanto en usuarios como de conductores.
El mercado se amplió con la llegada de Uber, este 13 de julio, cuyo funcionamiento es igual a la anterior aplicación, con ciertas diferencias en las formas de pago, que también incluye el dinero en efectivo. El uso de tarjetas débito podría ser habilitado más adelante.
EL DATO
En promedio, los socios de Uber conducen menos de 10 horas a la semana.Saulo Passos, director de Comunicaciones de Uber para Latinoamérica, asegura que la idea de su entrada no crea una competencia directa para los taxistas tradicionales, pues su mercado y estrategia es diferente. “Nosotros no somos una compañía de transporte como tal, somos una compañía de tecnología que conecta a personas que tienen un activo en su casa, que es el coche y que quieren utilizarlo para generar ingresos, con personas que quieren movilizarse en la ciudad de un punto ‘A’ a un punto ‘B’”, subraya. “Nosotros hacemos la intermediación entre esas dos puntas por medio de una plataforma tecnológica”, agrega Passos.
Usuarios como Augusta Cruz, antes de que llegara Uber, ya era una usuaria frecuente de Cabify y lo prefiere por las ventajas del servicio. “La primera es que desde el inicio se cuánto me va a costar la carrera (servicio) y eso a cualquier hora, a donde vaya. La segunda es que no debo llevar dinero en efectivo; y la tercera es que siempre tienen promociones y la atención es súper buena”.
Reclamo de taxistas
Pero no todos están contentos. Taxistas como José Torres consideran que este servicio les quitará clientes. “Ahora ya no se usa tanto el taxi como antes y los informales nos quitan trabajo”, reclama.
Esta protesta se ha generalizado y por eso el Municipio de Guayaquil advirtió a la empresa Uber que debe interactuar con los taxistas tradicionales, de otra forma serían sancionadas las unidades por ser consideradas informales. El Cabildo pidió en mayo pasado a Cabify que deje de operar, por lo que el servicio se extendió a los taxistas de carro amarillo.
Mientras tanto, en Quito, el presidente de la Comisión de Movilidad del Municipio, Eddy Sánchez, señaló que cualquier aplicación que mejore el servicio en la ciudad sería bienvenido, siempre que se tome en cuenta a las cooperativas de taxis. (LGP)