Revisar impuestos

Kléber Mantilla Cisneros

No está claro qué mismo representa una devaluación fiscal. Sin embargo, cualquier intento para mejorar la productividad y reactivar la economía está bienvenido. La empresa privada requiere de incentivos tributarios y liberalizar las cargas para generar empleo. Con una moneda externa los riesgos de aplicar reformas impositivas requieren de mucha precisión y talento. La propuesta de salvaguardias y el incremento del IVA a causa del terremoto de Manabí complicaron el panorama en vez de solucionarlo, pues el desempleo y el endeudamiento externo están latentes.

De hecho, el sistema de dolarización obliga a las empresas a ajustes sociales y el encarecimiento de costos no les permite ampliar su competitividad. Falta contratar más personal y disminuir las trabas burocráticas e impositivas. La dinámica empresarial no puede despegar con las dificultades que han priorizado la propuesta estatista de la última década. Sin duda, los mercados internacionales obligan a la calidad de bienes y servicios y hay que alcanzar los objetivos que el mundo capitalista y de consumo exige. Pero, las autoridades locales notan que los impuestos tienen que ser revisados. Tal vez el IVA a los bienes importados o revisar el sistema de seguridad social para que se opte por contratar más personal.

Otro aspecto importante: las cifras del endeudamiento exterior tienen que transparentarse a la mayor brevedad pues la política de endeudamiento no puede continuar. Y, parece inevitable que el Estado tendrá que seguir la estrategia de reducción de su gasto. Pese a los ministerios y secretarías que fueron eliminados con el cambio de gobierno persiste un ensanchamiento que tendrá que revisarse a cualquier momento. Los empresarios exponen a diario la exageración impositiva, el mal gasto de la seguridad social pública (la deuda con el IESS se mantiene) y la disminución de la exportación de productos locales, desde que se priorizó la política estatista desmedida.

El presidente Lenín Moreno se desenvuelve en un escenario económico complicado. Su propuesta de diálogo es plausible pero aún falta democratizar el trabajo y la producción. No es suficiente disminuir la inversión en infraestructura para equilibrar este déficit fiscal heredado. Falta mucho para atraer las inversiones desde el exterior.

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