Fenarpe

Rodrigo Santillán Peralbo

¿Quiénes construyen la identidad nacional tan esquiva e inacabada? Son los artistas populares, los cantores del pueblo que sienten y aman la música, los que con sacrificio difunden los valores de la cultura que, en esencia, pertenecen al pueblo, los que cantan a pesar de los dolores y frustraciones de tener patria y no tenerla, los que viven en hondas tradiciones por sobre los “modernismos” distorsionadores y manipuladores de conciencias, son los que integran la Fenarpe, hermanos en la música y en las cuerdas de guitarras, en los soberbios sonidos de pianos, acordeones, órganos, rondadores, pingullos y voces privilegiadas.

En noviembre de 1978, por iniciativa y decisión de Eduardo Zurita Gil que, desde hace algunos años atrás, causaba sensación a nivel nacional e internacional con sus magistrales interpretaciones de música popular en órgano, se fundó la Federación Nacional de Artistas Profesionales del Ecuador -Fenarpe- para defender los derechos del artista.

En 1979 se dictó la Ley de Defensa Profesional del Artista que se convirtió en ejemplo para América Latina por sus conceptualizaciones que sintetizan la defensa integral de los derechos de los artistas y el respeto a la creación e interpretación de la música. Esa Ley obligaba a que por cada espectáculo extranjero debía presentarse a dos artistas nacionales por lo menos, y que del valor de los contratos se deduzca el 6% que era destinado a la Fenarpe para beneficio de sus miembros. Luego se dictó la Ley de Comunicación que acabó con los legítimos intereses de la organización y los artistas.

En estos tiempos de desprecio a los valores, es un oasis que se reconozcan los méritos y trayectorias y que el auditorio de Fenarpe se llame de Eduardo Zurita Gil. Merecido homenaje al maestro.

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