Hoy se estrena la ópera prima del director esmeraldeño Sandino Burbano.
DAMIÁN DE LA TORRE AYORA
‘Quijotes negros’ se rodó en 44 días y tardó casi una década en postproducir. ¿Valió la pena el largo aliento entregado a la cinta? La respuesta es sí. Y no solo porque ‘todo lo que se empieza debe concluirse’ como meta ideal a un proyecto ejecutado; sino que esta película ecuatoriana expande ese aliento entregado por el realizador Sandino Burbano a quien la mira: realmente es la cinta más refrescante del cine ecuatoriano, que se ha caracterizado por el realismo social.
Hace un año se aplaudía a la película ‘Sed’, de Joe Houlberg, un thriller psicológico, y ahora toca hacerlo con ‘Quijotes negros’, que desde el género fantástico ha colocado a la gran pantalla un filme que cinéfilos y el público en general deben verlo.
EL DATO
La película se exhibe en Supercines y en el Ochoymedio.No se aplaude el riesgo, realmente se aplaude al producto en su totalidad. ‘Quijotes negros’ es una nueva cara del cine nacional. Tan divertida como onírica, esta tragicomedia aborda desde sus simbolismos y personajes reflexiones filosóficas, como la libertad, así como problemáticas sociales como la alteridad, la colonización, los estereotipos, el suicidio y la marginalidad.
Argumento
Un don Quijote mulato y un Sancho andino-mestizo, dos personajes latinoamericanos marginados, se enfrentan por el amor de la reina y la princesa de España. Desde el encuentro de ambos, el director deja en claro que la cinta no es para nada una adaptación del clásico. En medio de esta relación aparecerá un Enano que se transforma en el sistema operativo de los actos increíbles que se irán desarrollando en el transcurso del filme.
El único guiño –además de los nombres de los personajes centrales- que se hace a la novela, es la lectura que realiza el Quijote pordiosero que se deja cautivar por el ideal de justicia.
Símbolo
Una de las primeras escenas muestra a Sancho realizando un injerto entre una rosa y un girasol en medio de un terreno árido. Esa es la primera pista que lanza Burbano para entender ese juego de ponerse en los zapatos de ‘el otro’ llamado alteridad, que será una constante entre los roles que van transformando a los personajes.
Todos, de alguna manera, ejecutarán ese ejercicio empático que traspasa la pantalla, pues el espectador termina participando de este juego.
Este, quizás, es el mayor logro de Burbano, quien permite que el público se meta en la película: se experimenta esa complicidad que vivió Cecilia (Mia Farrow) en ‘La rosa púrpura de El Cairo’, de Woody Allen: aunque los personajes no salten del proyector, la relación entre el público y ellos resulta estrecha e íntima, y por supuesto, la dosificación del humor vestida de ironía resulta inquietante.
Eso sí, que no se entienda que Burbano es Woody Allen o que sea el Emir Kusturica ecuatoriano (de quien sí se evidencia una fuerte influencia). Burbano ha sido capaz de ser Sandino Burbano, una mirada propia y cautivante.
Lo único criticable, y es una opinión personal, es el uso exagerado de ‘fade in’ y ‘fade out’ para las transiciones. Cosas técnicas que para nada causan desmedro al contenido de la película más reveladora del cine ecuatoriano en los últimos años.
‘Quijotes negros’
En detalle
Director: Sandino Burbano.
Elenco: Alberto Cuesta, Patricio Garrido, Tomás Tipán, Annie Rosenfelt y Mónica Mancero.
Premios: Mejor Película Internacional en el I *Festival Internacional de Cine Fantástico de Mar del Plata 2016* y Mejor Película Nacional junto a ‘Alba’ en el IV Festival de Cine Latinoamericano de Quito *La Casa Cine Fest 2017.