Yahuarcocha, en Imababura, cuenta con hermosos paisajes y aventura

AVENTURA. Desde las alturas, así es como se ve la laguna de Yahuarcocha y sus alrededores.
AVENTURA. Desde las alturas, así es como se ve la laguna de Yahuarcocha y sus alrededores.
DESCANSO. Las casas rodantes, las motos y las bicicletas tienen un espacio para acampar en Sommerwind.
DESCANSO. Las casas rodantes, las motos y las bicicletas tienen un espacio para acampar en Sommerwind.

Yahuarcocha es un mundo aparte. A 3 km de Ibarra (Imbabura) está la laguna en cuyo alrededor se ha desarrollado una verdadera actividad deportiva, turística, gastronómica y hotelera, aprovechando la bondad del clima y, sobre todo, de la naturaleza.

Rodeada de lomas, miradores naturales y de un autódromo internacional, Yahuarcocha se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de Ibarra por su historia, por sus leyendas y porque es el sitio propicio para volar en parapente, encontrar hospedaje de primera y comida nacional e internacional.

Quienes visitan este sitio deben saber que su nombre significa ‘Lago de sangre’ y fue el lugar donde se llevó a cabo la batalla entre los incas y los caranquis. Es una laguna de origen glacial que tiene una antigüedad de 12.000 años.

Desde los aires

El vuelo en parapente gana más adeptos y Yahuarcocha tiene Yuracruz, la Estelita, el Bestial, Añaspamba, Miravalle, El Pinar Alto y otros sitios con la altura suficiente desde donde se despega a la aventura de volar y disfrutar desde las alturas.

60
dólares cuesta el vuelo en parapente y el pasajero recibe un video en HD y fotografías.Estar en el aire puede durar minutos u horas, todo depende de las condiciones del clima, manifiesta Washington Baca, presidente del Club de Parapente de Ibarra, quien asegura es un deporte recomendado para personas de todas las edades que “tengan ganas de experimentar algo nuevo, de sentir esa sensación de libertad”.

El pasajero de un vuelo biplaza recibe las instrucciones necesarias por el piloto que lo llevará por los aires y emprendiendo una corta pero esforzada carrera por una pendiente, se lanza a los aires y empieza la aventura para divisar desde las alturas las diminutas casas y la inmensidad de la laguna de Yahuarcocha. También tienes la oportunidad de sentir la sensación de flotar y llenarte de mucha paz y tranquilidad.

Hospedaje especial

Imbabura es la provincia que llama mucho la atención a turistas nacionales y extranjeros por la diversidad cultural, sus paisajes, sus historias y sus leyendas, es por esto que en su capital Ibarra, y para favorecer el turismo, sobre todo extranjero, existe el único camping internacional en el norte del país, que abrieron hace pocos años los esposos de origen alemán Patricia y Hans Schuetter, dueños de la Finca Sommerwind, construida a orillas de la laguna.

Este lugar forma parte de una cadena de campings que existen en Popayán, Pasto, Cayambe, Mindo y la Costa hasta donde llegan todos los viajeros que utilizan la Panamericana desde Alaska hasta Argentina o al revés, refiere Hans y cuenta que está edificando otra cadena que va desde Cayambe, Papallacta, Tena, Baños y Cuenca, a donde podrán llegar con sus casas rodantes, con sus motos o bicicletas.

TOME NOTA
Contactos: Washington Baca, presidente del Club de Parapente de Ibarra.
Teléfono: 09 94 89 30 99Con un costo de 5 dólares la noche por persona, quienes llegan en sus casas rodantes tienen derecho a todos los servicios básicos, mientras que los que optan por las cabañas, que generalmente son ecuatorianos, pagan 35 dólares la noche por dos personas y la que alberga a tres personas cuesta 45 dólares.

Pero hay un servicio especial que brindan los Schuetter a los turistas extranjeros. Les ayudan a contactar con mecánicos para la revisión de sus autos, con médicos para el chequeo de la salud, les guían sobre los trámites legales que deben realizar para una estadía temporal y un asesoramiento sobre los sitios a visitar en la provincia y en el país. Por mes llegan entre 30 y 40 casas rodantes y la mayoría se quedan entre 2 y 10 días, comenta Hans. (CM)

El tiempo apto

Para volar en parapente hay que contar con un buen clima y los meses más propicios son de abril a junio y de septiembre a diciembre, aunque en los meses de verano también se practica la actividad, pero “con bastante precaución y si las condiciones lo permiten”, manifiesta Washington Baca, presidente del Club de Parapente de Ibarra.

El requisito principal es que el pasajero firme un contrato en el que le explican las condiciones a las que se expondrá durante el vuelo. En el caso de menores de edad lo pueden hacer con el consentimiento de sus padres, afirma Baca.

Actividades

Más oferta

Disfrutar de la velocidad que imprimen los autos de carreras en el Autódromo Internacional José Tobar.

Paseos en botes, disfrutar de las aves acuáticas y conocer la totora que crece en las aguas de la laguna.

Degustar de una buena tilapia en diversas preparaciones.