El hoy difunto era empleado del ‘Night Club’. Recibió cuatro tiros cuando trabajaba como guardia.
En el sector La Mena 1 hay algo que a los ciudadanos les quita el sueño. Un centro de tolerancia que funciona en el pasaje Oe11-12 se ha convertido en un foco de inseguridad para todos los habitantes del barrio situado al sur de Quito.
En ese lugar, un hombre recibió cuatro tiros en la cabeza, cuello y abdomen.
El hecho ocurrió aproximadamente a las 21:30 del último martes. Su cuerpo fue retirado de la morgue la tarde del miércoles luego de que los médicos forenses del Departamento Médico Legal hicieran la autopsia de Ley.
El coronel Sony Salinas, jefe del Distrito de Policía Eloy Alfaro, informó que cuando los peritos levantaron el cuerpo encontraron en las prendas del finado dosis de droga.
Según dijo, esto hace presumir que el hoy difunto se dedicaba al expendio de sustancias estupefacientes y que su muerte podría tener relación con esa actividad ilícita. El uniformado comentó que se manejan dos hipótesis más, pero prefirió no entrar en detalles al respecto.
Letal agresión
El criminal se aseguró de liquidar al finado, identificado como Patricio A., de 48 años.
La Policía ya empezó a hacer las tareas investigativas para dar con el paradero del asesino. Analizaron las cámaras de video que captaron el momento en que el sujeto disparó en contra de la humanidad de la víctima.
El finado era empleado del mismo burdel. Cumplía las funciones de guardia de seguridad, animador y hasta de administrador. Cuando le dispararon estaba encargado del ingreso y registro de los clientes.
Se sabe que tenía una relación sentimental con una de las mujeres que trabaja en ese centro de diversión nocturna.
Las autoridades no descartan que el crimen obedezca a un ajuste de cuentas.
Foco de inseguridad
Salinas reconoció que ese ‘Night Club’ se ha convertido en un problema para quienes habitan en La Mena 1. Agregó que ya se han efectuado operativos que terminaron con la clausura del lugar, pero que a los pocos días los empleados vuelven a abrir las puertas.
“Este sitio es un ‘foco rojo’ para nosotros como policías. Ya fue clausurado hace un año, hace un mes y medio hubo heridos por arma de fuego”, dijo.
La casa donde funciona este negocio ilegal aún permanece con los sellos de clausura. (FLC)
Moradores prefieren callar
En el sector, los vecinos prefieren no referirse a lo que ocurrió la noche del martes ni sobre las actividades ilícitas que ahí se evidencian.
Sin embargo, desde la clandestinidad instan a la Policía y autoridades competentes a imponer medidas y sanciones definitivas para que el sitio no vuelva a abrir sus puertas.