Libertad

Siempre afirmo en mis defensas jurídicas, en los casos concretos que patrocino, que la libertad es tan importante y esencial como la vida misma.

Claro está que la libertad no se limita al simple hecho de no estar detenido en una cárcel pública, sino al ejercicio integral de derechos y garantías. Cobra suprema trascendencia en ello la posibilidad del libre pensamiento y acción. Actuar sin presiones, poder expresar lo que uno siente y resolver lo más conveniente para el desarrollo familiar y social, sin ataduras y de forma honesta.


En mi vida logré construir una definición o concepto de lo que significa para mí la libertad: “El dominio de la propia decisión”. Con esto quiero decir que es fundamental hablar y actuar por convicción, no dejarse arrastrar por meras conveniencias del momento; ser auténticos ante todo, porque el pueblo común y llano, humilde y altamente inteligente, se da cuenta con facilidad cuando las palabras son verdaderas y cuando están cargadas de simulaciones o engaños.

La teoría y la práctica juntas, y además siempre bondadosas, para crear y mantener credibilidad, para lograr que la población tenga fe en sus autoridades y en su destino. Resulta impostergable recuperar la confianza ciudadana, tan venida a menos en los últimos tiempos, y confiar en la palabra. Algunos se han encargado de devaluarla tanto que ya nadie les cree.


Cuantas cosas se han hecho en tu nombre libertad, canciones hermosas, a tal punto que Piero, ese extraordinario cantautor latino afirmaba, en tiempos de las dictaduras argentinas: “Libertad era un asunto tan manejado por tres” para ejemplificar la concentración del poder, la represión y la tiranía.


Hay avances en la parte teórica de legislación, sea a nivel de la Constitución o de leyes secundarias, pero no está todo en la escritura de normas jurídicas sino en sentir que tenemos las condiciones necesarias para asegurar la vida digna de los seres humanos en comunidad.