La adicción

POR: Rocío Erazo Benavides

La composición de una palabra es lo que define su significado. La palabra adicción viene de un prefijo que significa sin o no. Es decir adicción, es no decir lo que tú quieres.

Existen por ejemplo palabras compuestas con este prefijo como apolítico, ateo, adicción. Fíjate, que el no decir desemboca en una adicción. El problema no es lo que el ser humano consume, sino se radica en lo que no dice y usan como salida un producto, que se convierte en su adicción.

Existen un sin número de adicciones a beber, a fumar, a comer, a tener sexo; sin embargo escuchar que una persona es adicta, se asimila a lo que el sistema mediático a difundido, que es el consumo de drogas y esto se relaciona con la cocaína, heroína y todo tipo de estupefacientes; pero resulta que nadie habla de los productos que están en el mercado libre, en cada esquina, en cada tienda de barrio encubierta, para vender la sal y el azúcar, que son drogas más fuertes, que las evidenciadas por el sistema.

Éstas al ingresar en nuestro cuerpo se convierten en carbohidratos y causan engordar y engordar, llegando a la obesidad, y se han preguntado: ¿cuántas miles de miles de personas están adictas a la sal y azúcar, y a sus derivados, que se encuentran obesas y los gobiernos gastan millones de dólares en curar los síntomas? ¿Por qué el sistema apuesta a colocar productos comerciales que te causan adicción? Recuerda que el tener adicción es solo una herramienta que utiliza el ser humano para no decir lo que siente.

El cuerpo, la mente y la esencia forman el todo, entonces al fallar uno de estos, el ser no es completo y es interrumpido en su despertar. Nuestro cuerpo necesita una gran cantidad de energía, de la mejor calidad, para realizar todas sus funciones, y existen productos clave que aseguran una transformación.

Te has preguntado: ¿qué sucede en nuestro cuerpo cuando ingieres productos azucarados con químicos sintéticos? La respuesta está en tu reacción y desempeño diario.

¡Es tu elección!