La demanda de las cocinas de inducción se reduce drásticamente

Situación. La venta de cocinas de inducción bajó considerablemente en la mayoría de almacenes de línea blanca.
Situación. La venta de cocinas de inducción bajó considerablemente en la mayoría de almacenes de línea blanca.

La demanda de cocinas de inducción se redujo en hasta el 50% en las tiendas de la capital. Durante un recorrido realizado por un equipo de diario La Hora se pudo comprobar que la venta de estos electrodomésticos ha mermado y que en su lugar vuelven a posicionarse las tradicionales cocinas a gas.

La Naciones Unidas es una de las avenidas más céntricas para la venta de cocinas de inducción, por la variedad de locales comerciales donde se ofertan estos productos y en cuatro de las tiendas visitadas existe una mayor oferta y demanda de cocinas a gas.

Patricio Donoso, encargado de una de las tiendas, cuenta que hasta el año pasado se vendían unas 22 cocinas de inducción al mes, pero ahora no se venden más de 10 u 11. Para equilibrar la balanza y no salir a pérdida, en su tienda comenzaron a vender las cocinas a gas.

“Las ventas de cocinas de inducción bajaron al 50% y tuvimos que buscar una alternativa para llenar ese hueco que nos deja en los ingresos”, cuenta. “Para darte un ejemplo más práctico. Si antes vendíamos, digamos, 2.000 dólares en concinas de inducción, ahora solo se vende 1.000 dólares o menos y tratamos de recuperar ventas con las cocinas a gas, lo que ha funcionado bastante bien porque evita que salgamos a pérdida”.

En las vitrinas todavía se pueden encontrar algunas variedades de este producto, a costos de entre los 300 hasta los 800 dólares, en pagos de contado; con cuatro o seis hornillas y horno. Los precios compiten con las cocinas a gas cuyos precios que cuestan entre los 400 y 750 dólares.

Eduardo Casares, a cargo de otra tienda en el norte de Quito, cuenta que hay clientes que reclaman que el uso de las cocinas eléctricas les genera un gasto adicional, a pesar del descuento en las planillas de luz que el Gobierno impuso como incentivo para promover el proyecto.

“Vienen clientes que compraron a inducción pero que ahora quieren comprar de nuevo las cocinas a gas. Dicen que a la larga les resulta más caro y se quejan”, cuenta.

En 2014, cuando el Gobierno Nacional anunció el inicio del proyecto, se fijó una meta de ventas de 3,5 millones de cocinas de inducción hasta 2018. Lo dijo el entonces ministro de Industrias, Ramiro González, pero esa cifra todavía es muy lejana, pues de acuerdo con cifras oficiales, a inicios de enero de este año solo se han vendido 600.000.

PREFERENCIA. Según opinión ciudadana y criterio de casas comerciales aún la gente prefiere cocinas de gas, viéndose una disminución en ventas de cocinas de inducción.
PREFERENCIA. Según opinión ciudadana y criterio de casas comerciales aún la gente prefiere cocinas de gas, viéndose una disminución en ventas de cocinas de inducción.

Preferencias en Loja

Cada vez menos cocinas de inducción se exhiben en los locales que ofrecen electrodomésticos, en la ciudad de Loja. La comunidad todavía prefiere las cocinas a gas, a decir de los comerciantes.

En dos locales de la zona céntrica lojana, donde acudió Diario La Hora, informaron que ya no venden los electrodomésticos de inducción porque no se tuvo demanda.

En el caso de Artefacta, según comenta Jenny Intriago, jefa de almacén, la comercialización de las cocinas a inducción es baja, “se venía vendiendo pero muy poco, pero hace dos meses ya no compra la gente”, comenta y expresa que más acogida tienen las cocinas a gas.

Desde que inició el proyecto se vendieron unas 150 unidades en este local, pero eso fue porque dejaron de salir las de gas, pero ahora, por la demanda, nuevamente están disponibles.

Rocío González, subjefa de una agencia de Marcimex, en cambio, expresó que en 2015 y 2016 la venta de los electrodomésticos a inducción fue buena, pero en 2017 la situación cambió y creció la demanda de los artefactos a gas.

Interés no se traduce en ventas

En Santo Domingo de los Tsáchilas las ventas de las cocinas de inducción han disminuido en varios almacenes de electrodomésticos. Cuando los clientes acuden a adquirir las cocinas de inducción tienen interés, preguntan, pero terminan prefiriendo las tradicionales, dicen los asesores de ventas y dueños de locales que comercializan estos artefactos. Detallan que hasta junio, las ventas de unidades venían manteniéndose con cierto dinamismo, sin embargo, en lo que va del año, las ventas tuvieron una drástica caída.

En la Empresa Eléctrica se informó que desde la entidad las ventas de las cocinas eléctricas varían cada mes, en lo que va del año se han vendido 419. Además, se inauguró una oficina para impulsar este proyecto, que brinda algunos beneficios y descuentos.

Marcada baja en Guayas

La promoción y comercialización de las concinas de inducción generó expectativas en Guayas, por el uso de una electricidad subsidiada hasta en 80 kilovatios mensuales; sin embargo, aquello fue insuficiente motivación a los compradores por el costo de dichos electrodomésticos, por la necesidad de una instalación especial y por el pago de una factura mensual a la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), lo que representaban gastos considerables.

En un recorrido por varios locales comerciales de Guayaquil se constató que hay una drástica baja en las ventas de las cocinas de inducción. Un empleado de una cadena de línea blanca, incluso indicó que hoy en día vende entre una y dos cocinas de inducción al mes.

Los precios para que estos productos sean más atractivos para el público se ubican entre los 599, 666 y 799 dólares para pagos al contado. En algunos establecimientos se incluyen juegos de ollas de cinco piezas o se ofrecen créditos a un año. En estos últimos casos el precio final se ubica entre 1.200 y 1.300 dólares.

Carlos Alvarado, empleado de un local del centro de Guayaquil, señaló que el cliente se inclina más por las cocinas a gas pese a su alto costo. “Con un cilindro cocinan un mes y con las de inducción deben pagar planillas de 35 y 40 dólares”, indicó.

Estrategias. Ni las promociones ni los precios de las cocinas de inducción resultan atractivos para los clientes.
Estrategias. Ni las promociones ni los precios de las cocinas de inducción resultan atractivos para los clientes.

Detalles

El programa

El programa para cambiar las cocinas a gas por las de inducción se lanzó en 2014 para sustituir el uso del gas licuado de petróleo en el sector residencial (solo en los hogares). No tiene nada que ver con el sector industrial, comercial o artesanal.

Los incentivos de este programa incluyen el financiamiento de la compra por parte del Estado con un plazo de hasta 36 meses a pagarse a través de la planilla eléctrica y hasta 80 kWh mensuales de energía gratuita hasta 2018 para cocinar.

Según datos del mismo programa, después de 2018 los 80 kWh/mes costarán 3,20 dólares.

Para que la gente apueste por este sistema se estableció que el medidor a 220 voltios sería instalado por la empresa eléctrica sin ningún costo para el abonado.

El financiamiento es otorgado por el Estado a los abonados que lo solicitan y se cobra a través de la planilla de consumo de energía eléctrica.

En Ambato hay cocinas de

inducción que

no se venden desde 2015

Las cocinas de inducción perdieron la batalla en los almacenes de electrodomésticos de Ambato según comentan varios encargados de estos locales comerciales. Si bien en 2016 el interés del consumidor por estos artefactos era muy bajo, este año decayó totalmente.

Daniel Poveda, jefe de ventas en Artefacta, mencionó que en los primeros seis meses de este año solo se han vendido tres cocinas de inducción mientras que las de gas, en promedio, se venden cuatro por semana, incluso desde la central de la empresa ya se recibió la orden de devolver los artículos que no se han podido vender y que están en stock desde 2015. (RMC)

Los incentivos no convenecen en Ibarra

Tras recorrer los principales almacenes de electrodomésticos de Ibarra se pudo determinar que los usuarios, en su mayoría, siguen prefiriendo las cocinas a gas. Esto, pese a los incentivos que existen para que se compren las de inducción.

En almacenes La Ganga, por ejemplo, Álex Mosquera, jefe de local, informó que el 80% de la venta de cocinas coresponde a unidades a gas. Algunos clientes acuden y prefieren comprar ese tipo de cocinas por diversos factores, según la opinión de algunos es porque les representa más gasto el cambio a inducción debido a que deben cambiar de ollas y conexiones de energía en sus hogares.

Según indicó el comerciante, las cocinas a inducción en esos locales son 10% más económicas frente a las de gas, sin embargo, la venta ha disminuido notablemente. De igual forma señaló que hubo un periodo en el que las personas compraron en su mayoría este tipo de cocinas, representando el 90% de venta. Eso fue en el año 2015.

Con esto concordó Wiliam Torres, asesor comercial de almacenes Juan Eljuri en Ibarra, quien indicó que en esa casa comercial la gente que acude a comprar cocinas, casi en su totalidad, prefiere la cocina a gas.

Según el criterio del mencionado asesor, muchos de los clientes aluden que representaría más gasto el cambiarse a inducción, tanto por el consumo de energía eléctrica como por el cambio de ollas.

Asimismo señaló que las cocinas a gas han subido su precio hasta un 60% frente a otros años, pero eso no ha sido un factor para que las ventas disminuyan.

En cambio para Santiago Calderón, administrador de almacenes Japón, las cocinas a gas mantienen el precio, pero sí concuerda con el criterio del resto, que están por encima de las de inducción, en cuestión de ventas.

Graciela Flores, ama de casa, comentó que continuará con la cocina a gas porque no quiere hacer el cambio, al menos por el momento. “Prefiero continuar con cocina de gas porque todas las ollas que ocupo tendría que cambiarlas si decido tener de inducción, asimismo, en caso de que nos quedemos sin servicio eléctrico, no podría hacer uso de esa cocina”.

Fabricio Aveiga, director comercial de Emelnorte, de su parte, señaló que desde mayo se evidenció un repunte del programa cocinas de inducción. “En el área de concesión (Imbabura, Carchi, parte de Pichincha) existen 200 mil clientes residenciales, de los cuales el 25% se ha inscrito al programa. De esos inscritos alrededor del 60% ya tienen cocina de inducción.

Tome nota
La información está disponible en la página web de Emelnorte y en la página web www.ecuadorcambia.com, sobre las cocinas, la inscripción al programa y beneficios.Indicó que en Imbabura hay 34. 300 clientes registrados; 31.000 cuentan con sistema bifásico y 12.000 ya hacen uso de las cocinas de inducción.

Expresó que en ocasiones existe desinformación respecto a las cocinas de inducción y su consumo de energía, por lo que aún hay algunas personas que no prefieren ese cambio.

Informó que el programa tiene algunos beneficios como crédito, hasta 36 meses para adquirir la cocina de inducción; incentivo de 80 kilovatios gratuitos por el uso de cocina de inducción; cambio del sistema monofásico al bifásico sin costo. Además de los beneficios del uso de esta cocina, como por ejemplo mayor eficiencia, menor tiempo de cocción, menor riesgo de accidentes. (CFDA)

Ninguna

estrategia ha funcionado en Latacunga

En Latacunga los locales de electrodomésticos tampoco encuentran la manera de vender las cocinas de inducción. Algunos comerciantes confiesan qu prefieren vender al precio neto antes que ganar, “en lo que va del año hemos vendido 12 cocinas contadas”, dijo Efraín Quevedo, vendedor de electrodomésticos.

El negociante explicó que lo mismo ocurre en otros locales, “ la gente prefiere comprar las cocinas a gas todavía y no se cumple lo que prometieron cuando dijeron que se iban a vender todas”.

En los locales, una cocina con potencia máxima y cuatro zonas a inducción (dos grandes y dos medianas), puede costar entre 500 a 600 dólares, pero los locales ya las ofrecen entre $400 y $450. (NA)