Pandemónium

CARLOS CONCHA JIJÓN

Es la virulenta guerra que se ha armado dentro de la ‘robolución’, que poco a poco va dejando huellas un tanto desconcertantes, marcando una ruta escabrosa, en donde aparecen la ética y la moral con un cintillo negro, como señal de duelo, por el deceso y sepultura de esos principios normativos de la conducta humana, como práctica correcta.

El pueblo habla de ‘robolución’, palabra que debe ser incorporada a la lengua castellana, porque se menciona constantemente, señalando los actos delincuenciales cometidos por altos funcionarios del sector público, del gobierno de la ‘robolución’, situación alarmante que ha herido a la conciencia nacional, que reclama justicia y la condena a todos aquellos infractores, violadores de las leyes, que metieron sus garras para satisfacer sus ambiciones de poder económico.

Sin embargo, las noticias y críticas por estos actos inmorales nos han conducido a otros escenarios que no son la verdadera aplicación de justicia, porque al pueblo ecuatoriano no le interesa la pugna partidista, que se ejemplariza en la lucha por blindar en ciertos casos a camaradas con indicios de responsabilidad penal y en otros, escaramuzas, entre aborregados que obedecen al amo y polluelos del mismo nido, que calculan los movimientos del tablero político para seguir teniendo privilegios en otro nido.

Es necesario hacer énfasis, que los intereses del país, que son sagrados, inobjetablemente están por encima de cualquier interés político de los partidos, constituyendo una aberración el anteponer las grescas intestinas partidistas a las demandas exigidas por el pueblo ecuatoriano.

El presidente Moreno, seguramente con conocimiento de causa, ha expresado a la colectividad ecuatoriana la necesidad de realizar una cirugía mayor, porque el cáncer de la corrupción se ha adueñado del país al más alto nivel de la burocracia, ameritando, además, cortar de cepa las malas hierbas.

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