Sueños de Independencia

RICARDO VERA CALDERON

El 10 de agosto de 1809, en Quito, valientes criollos sembraron la semilla para acabar con el dominio de los opresores españoles, cuyo sueño se cristalizó luego en América con la liberación definitiva. Ahora, luego de 208 años, también tengo un sueño de independencia, pero no de los conquistadores, sino de otros tiranos que dominan nuestra sociedad.

Sueño con liberarnos del odio y de la discriminación, que fueron alimentados por personajes a los cuáles se les dio la oportunidad de que nos gobiernen, lo que conllevó a que el país se divida peligrosamente.

Sueño con liberarnos de los sectarismos que aplican algunos actores políticos y gremiales, que excusados por sus ideologías fundamentalistas y sus intereses particulares, logran que se limite la construcción de una agenda de gobernabilidad incluyente para toda la sociedad.

Sueño con liberarnos de la insensibilidad de muchos que han logrado captar un cargo de elección popular, y que con sus acciones y decisiones se alejan de satisfacer las reales necesidades de un pueblo cada vez más pobre e inequitativo.

Sueño con liberarnos de las garras de la tecnología y sus aplicaciones, que han hecho de nosotros seres indiferentes de nuestros semejantes, ya que nos desconectamos del entorno por la dependencia innecesaria a un teléfono móvil y una red social.

Sueño que nos liberemos de nuestra posición de víctimas, y evolucionemos a ser actores principales del cambio, el cual tanto anhelamos.

Sueño que nos liberemos de los vicios, como el exceso del consumo de alcohol y las drogas, que descompone a la sociedad ya que destruye vidas.

Sueño que nos liberamos de la corrupción y sus tentáculos en toda situación y nivel, y que quienes nos gobiernan si pueden ser honestos. Liberémonos de esos tiranos.

[email protected]