La fiebre de esta ‘enfermedad’

DIARIO LA HORA

Desde el punto de vista moral, la política atraviesa momentos difíciles. Esta crisis abarca a los partidos y sus dirigentes, así como a las instituciones democráticas nacidas en Montecristi. La fiebre de esta ‘enfermedad’ es, a no dudarlo, la corrupción que nos abruma, pero que es el resultado de procesos de descomposición de larga data y de mecanismos institucionales tramposos destinados a ocultar a sus actores centrales.

En esta materia si no se da un vuelco radical a la estructura armada y dejada en herencia por el correísmo, pronto pasaremos a la categoría de paradigma. La primera línea de defensa de este lamentable estado de cosas es la resistencia de Correa y sus satélites a retirarse del escenario, dificultando el cambio en los modos de actuar de quienes ganaron las elecciones e imposibilitando la regeneración de su partido.

De no enmendarse esta ‘hoja de ruta’ pronto veremos el reclamo de un ajuste de cuentas de la sociedad con sus dirigentes políticos tanto de un lado del espectro ideológico como de otro, sin olvidar esos que podríamos bautizar como ‘neutrales’, en el fondo oportunistas. Hay un cansancio visible por el excesivo presidencialismo, el caudillismo y el liderazgo carismático.

Se palpa un rechazo contundente a la empresa criminal dedicada al expolio del Estado que evidencian los casos Odebrecht, Caminosca y Petroecuador, por el momento. Si el presidente Moreno aspira a un cambio real y perdurable debe emprender acciones aún más radicales antes que un sentimiento de desánimo y frustración paralice y dé al traste con su gestión.

«En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte”.

Honoré de Balzac
Escritor francés (1799-1850)

“Las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra”.

Eugenio Trias
Filósofo español (1942)