Nicolás Maduro como buen dictador, poco tolerante y dueño de la verdad, ha forzado una Constituyente en Venezuela con el fin de frenar a la oposición, entre otras cosas uno de sus objetivos es dilatar las elecciones presidenciales de 2018, ya que con el nuevo proceso constituyente que tomaría aproximadamente dos años se aseguraría la permanencia en el poder sin un sustento democrático valedero.
Esta Asamblea Constituyente no es más que un fraude a la Constitución de Venezuela, un traje a la medida de los oficialistas, una elección fraguada de tal forma que se aseguren una mayoría elegida por comunas y sectores laborales de tendencia chavista, en buen romance la elección fue planificada para que gane el oficialismo.
El panorama para los venezolanos es cada vez más complejo puesto que otra de las intenciones de Maduro es crear una constitución sin partidos políticos lo que se asemejaría más al sistema cubano, es decir, menos democracia y más totalitarismo, claro que desde la visión de ellos es una democracia a su estilo como para poder justificar las excentricidades de sus ambiguos ideales
Según un análisis de la BBC, en 1999 había tres tipos de chavistas; los emocionales, que eran la mayoría y que sentían una profunda conexión con Chávez, los ideológicos, que era una minoría de personas de extrema izquierda y los utilitarios, que son aquellos cuyo apoyo depende de que reciban beneficios, pues resulta que hoy en día el chavismo emocional desapareció, de hecho Maduró ganó las elecciones del 2013 en un resultado ajustado y controvertido y claro con un país dividido en dos partes, ese 50% hoy en día es un 20%, es decir Maduro perdió básicamente al chavismo emocional y se quedó con el ideológico y el utilitario.
Redactar una nueva constitución para profundizar los ideales socialistas en una Venezuela quebrada justamente por el socialismo es como tratar de curarse con la medicina que precisamente te está matando, literal, lo que ha conseguido el PSUV no es nada más que quitarse del camino a la Asamblea Nacional opositora y como buen dictador ha consumado un golpe de estado en una nación que cada vez se hunde más en la pobreza, la inseguridad y la violación a los derechos humanos.