El hecho de que Jorge Glas sea hoy un vicepresidente sin funciones, contrasta con la imagen de quien llegó a ser el ‘hombre duro’ del correísmo, por estar a cargo de los sectores estratégicos. Fue esa un área prioritaria en la administración de Rafael Correa, porque fue clave para el propuesto cambio de matriz energética.
“Casi todos los hechos de corrupción se encuentran en los sectores estratégicos”, dice el exasambleísta Cléver Jiménez y recuerda que, desde abril de 2010 hasta el inicio de la era de Lenín Moreno, ese sector estuvo bajo el mando de Glas, primero como ministro y luego como segundo mandatario.
Hay un hecho real y concreto: en el interior de ese sector se han dado los grandes casos de corrupción de la última década, caracterizados por sobreprecios, contratos complementarios, decretos de excepción o adjudicaciones de contratos por gestión de intermediarios. “En Caminosca y Odebrecht hablamos de coimas de alrededor de 40 millones de dólares, pero en los otros temas, como en la renegociación de contratos petroleros y en la preventa a Petrochina, hablamos de miles de millones”, señala.
Glas ha negado todo vínculo con estos hechos y dice ser el primer interesado en que la justicia sancione los actos de corrupción dentro de este sector que estuvo bajo su mando. Un recorrido por las zonas más sensibles para él. (MMD)
Odebrecht
° El pasado 21 de diciembre, el Departamento de Justicia de Estados Unidos hizo pública la confesión de directivos de la constructora brasileña Odebrecht, devenidos en delatores, sobre el pago de 788 millones de dólares a políticos y funcionarios de 12 países de América Latina y África.
La constructora brasileña dice haber pagado 33 millones de dólares en sobornos a funcionarios ecuatorianos para obtener contratos. Según la investigación de la Fiscalía y las delaciones, el tío del vicepresidente Glas, Ricardo Rivera, cobraba 1% por cada contrato que Odebrecht suscribía en Ecuador. Hay tres procesos por este tema. El primero, de asociación ilícita, contra Ricardo Rivera y otros implicados. El segundo, de lavado de activos contra el exministro Alecksey Mosquera. Y el tercero, por concusión contra el excontralor Carlos Pólit.
Odebrecht tuvo a su cargo obras emblemáticas, como las hidroeléctricas San Francisco y Maduriacu, el trasvase Daule-Vinces, el movimiento de tierras en la refinería del Pacífico, el poliducto Pascuales-Cuenca y el acueducto La Esperanza.
Petrochina
° El Gobierno pasado recibió, en julio de 2009, 1.000 millones de dólares por su primera venta anticipada de petróleo a Petrochina, a dos años plazo y al 7,25% de interés anual. Entre 2009 y 2016 suscribió líneas de crédito por 18.170 millones con el Banco de Desarrollo de China bajo esta modalidad.
Petroecuador se comprometió a entregar 69,12 millones de barriles durante ese periodo, a razón de 2,88 millones de barriles mensuales. Estos barriles, sin embargo, no fueron a China sino que terminaron en Estados Unidos, por intermediadores. Petrochina entregó el crudo a Castor Petroleum, que pasó a manos de Gunvor Group Ltd., una multinacional. Más allá de las pérdidas millonarias al Estado por entregar barriles a alrededor de 3 dólares, los ‘Panama papers’ revelaron la existencia de comisiones de un dólar por barril a favor de un intermediario, cobrados por medio de su ‘offshore’. El perjuicio al país, según cálculos de Fernando Villavicencio, supera los 2.400 millones.
Singue
° Es una investigación por posible peculado que hace la Fiscalía, a raíz de un informe con indicios de responsabilidad penal de la Contraloría. Este contrato fue suscrito entre el Estado y el Consorcio DGC. El perjuicio causado al Estado sería de más de 5,2 millones de dólares, por calcular la tasa interna de retorno, sin sustento legal, en el 80% y no en el 100% de las reservas probadas remanentes oficializadas por los 2’040.556 barriles, previstas para los 20 años de ejecución.
Al 30 de septiembre de 2016 se explotó el 144% de lo previsto para 20 años. La sobreexplotación alcanzó el 244%. En la adjudicación, la Contraloría identificó varias irregularidades. Por ejemplo, que la oferta del Consorcio DGC no cumplía con los requisitos. Además, que Silvana Pástor, hija del exministro Wilson Pástor, quien suscribió el contrato original, a los 14 días ingresó a trabajar en Gente Oil Ecuador. Lo mismo pasó con José Burgos Zambrano y el consorcio adjudicado.
Caminosca
° Tras la venta de la compañía fiscalizadora Caminosca S.A., en 2013, se encontraron ciertos pagos indebidos que se desprendieron del análisis de la contabilidad. La multinacional australiana Cardno, al comprar la compañía ecuatoriana, había decidido hacer una auditoría interna. Tras investigaciones, decidieron demandar a los exaccionistas de Caminosca. Un Centro de Arbitraje de Florida, en Estados Unidos, conoció el litigio en 2016. Caminosca habría utilizado dos ‘offshores’ para suscribir subcontratos con el fin de justificar pagos ilícitos.
Según la información de la Comisión Anticorrupción, siete funcionarios del correísmo se habrían beneficiado de sobornos, por cuanto interpusieron una denuncia en la que señalan a Jorge Glas y al exministro Esteban Albornoz. Glas y Albornoz han negado que hayan participado en algún delito
Contratos petroleros
° En su reciente libro ‘El feriado petrolero’, el activista Fernando Villavicencio sostiene que el Gobierno pasado recibió 115.000 millones de dólares por la explotación, venta de derivados y comercialización interna del petróleo. Sin embargo, las pérdidas serían 23.000 millones. Villavicencio estudió más de 200 contratos firmados por el Estado en relación a las refinerías, de los cuales 74 fueron firmados por el exministro Carlos Pareja Yannuzzelli, quien se entregó el viernes a la justicia. Dentro de estos casos, el de la rehabilitación de la refinería de Esmeraldas ha sido el más cuestionado.
