Real Madrid campeón, Barcelona sufre sin Neymar

Campeón. El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema (i) disputa un balón con el centrocampista argentino del FC Barcelona Javier Mascherano (d), durante el partido de vuelta de la Supercopa de España. EFE
Campeón. El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema (i) disputa un balón con el centrocampista argentino del FC Barcelona Javier Mascherano (d), durante el partido de vuelta de la Supercopa de España. EFE

Real Madrid confirmó su superioridad en la final de la Supercopa sobre el Barcelona sin Neymar.

Madrid, EFE

El Real Madrid conquistó ayer su décima Supercopa de España, con una autoridad incontestable ante un Barcelona que no despierta de la conmoción de haber perdido a Neymar, superado nuevamente por una primera parte madridista mágica, liderada por Marco Asensio (2-0).

La Supercopa de España plasmó la distancia actual entre dos grandes enemigos. Del estado de gracia del Real Madrid a la impotencia y la desesperación de un Barcelona que nuevamente se vio superado, muy lejos del nivel que exhibe el bloque de Zinedine Zidane con variantes diversas para golpear sin misericordia.

La final se presentaba para el Barcelona como la mejor oportunidad para huir de la depresión y trasladar a su afición un soplo de optimismo tras la fuga de Neymar.

Impotencia

EL DATO
El joven Marco Asensio abrió el marcador con un soberbio tiro lejano (4), antes de que Karim Benzema rubricara el segundo a la media vuelta en el área (39).Frenar el ciclo victorioso madridista era el objetivo, pero instalado siempre en un escalón anímico inferior a un Real Madrid en estado de gracia, su realidad fue cruda. Los de Zidane sacaron a relucir sus debilidades y provocaron impotencia y desesperación. Los fichajes le urgen. Construir una nueva ilusión.

Se presentaba como un imposible en el momento actual levantar la final, los dos goles de desventaja de la ida y golear en el Santiago Bernabéu.

Táctica

La apuesta táctica de Ernesto Valverde fue apostar por defensa de tres con Sergi Roberto y Jordi Alba como carrileros. La idea podía ser buena con otros centrales.

A Mascherano se le ve a otro ritmo y Umtiti sufrió cada vez que tuvo que tapar las subidas de Lucas Vázquez. Zidane se permitía el lujo de rotar en una final. Sentar la magia de Isco y a dos jugadores indiscutibles como Casemiro y Bale. Los nombres dan igual.

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