Instruccional

CARLOS TRUJILLO SIERRA

Para que vea lo que es el mundo en el cual usted y yo vivimos. Estoy seguro de que más o menos usted tiene una idea de lo que significa esta palabrita y, sin embargo, mi computadora no me da una acepción para el término, me habla de diseño instruccional y lo más aproximado a lo que yo necesito es “texto instruccional” y hablando de ello me cita los manuales, los resúmenes, los libros de recetas de cocina y muchas otras cosas más. Pudieron simplemente haberme dicho “lo que instruye” y gracias.

Todos, supongo, entendemos lo que es instrucción. Esta puede ser interesante o aburrida, útil o inútil, según cada cual. Y podríamos tener cientos de horas de conversación o charla muy instructiva. Quisiera hablar o no, de gastronomía, no pero sí de nuestras ranas de cristal (por transparentes no de vidrio ni por el apellido), las ranas arborícolas o las ranas marsupiales.

Y, sin embargo, aquí estoy atormentándome porque el agua me llega uno o dos días por semana, con suerte tres y hay días en que el servicio se interrumpe tres o cuatro veces. El miércoles de la semana pasada tuve agua todo el día porque llegó Lenin, el presidente, pero no vino a ver cómo sigue el cuento del agua (y los cientos de miles de dólares en propaganda de servicio permanente) sino que vino por las fallas y los conatos de incendio en la Refinería que tanto ha costado y con la cual Correa y Glas taparon la boca y llenaron algunos bolsillos para que casi todo un pueblo se quedara mudo y con la boca abierta; el pueblo se olvidó de los tiempos en que con piedra en mano rodeaba oficinas o instalaciones para por lo menos cambiar de funcionarios ladrones.

Mucho obrero nacional, ganando miserables cientos de dólares ante mejicanos y venezolanos que ganaban por miles de dólares haciendo el mismo trabajo, hablaban de las visitas sorpresivas del alto jefe en horas de la madrugada. La gente veía el humo, olía el gas y los personeros de la Refinería por televisión decían ante las bocas más abiertas del pueblo y de los mismos obreros presentes, que no había pasado nada, que eran conatos rutinarios sin ningún peligro. ¿Entenderemos que esto no puede seguir? ¿Que no es un tío ni unos primos los responsables, llegaremos a creer que el verdadero responsable está ausente y muy lejos?

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