Pablo Moreta: A los 35, de ‘izquierdoso’ a centrista, tirando para ‘derechoso’

Personaje. Estudiante de maestría, Pablo Moreta nació el 23 de febrero de 1982 en Quito.
Personaje. Estudiante de maestría, Pablo Moreta nació el 23 de febrero de 1982 en Quito.

Pablo Moreta, de 35 años, explica lo que para él significa la política y evalúa a breves rasgos la coyuntura nacional.

A sus 35 años, Pablo Moreta manifiesta que sí le gusta la política y, aunque no ha participado en esta, espera hacerlo en algún momento. El joven “forzosamente desempleado”, como se confiesa, tiene una definición muy particular de la política, de los políticos y de lo que les caracteriza. “A los que nos gusta la política vamos por ese lado: somos buenos, vagos y borrachos, sobre todo cuando somos jóvenes”, manifiesta. Aunque asegura que en sí, la política no tiene la culpa de que haya malos políticos.

Moreta es el típico ejemplo de esa evolución de pensamiento que experimentan muchas personas que en su adolescencia gritan fervorosamente por una tendencia, la defienden, piensan que es la mejor, pero luego, ya más ‘maduritos’, asumen otras posiciones.

Creo que soy una mixtura (política). Hay que recoger las mejores cosas de las dos tendencias”. Reconoce que cuando se es estudiante, por lo general, se vive interesado en otras cosas y si bien les puede gustar la política no se analiza a profundidad. Esto viene con el transcurrir de los años, con otros tipos de experiencias, cuando se deja la farra y la guitarreada –que también es parte de la política- a un lado.

Así pasó de ser ‘izquierdoso’ por influencia de sus amigos del barrio a centrista, tirando para ‘derechoso’, pues considera que el mejor punto para estar en la política es en la mitad, coger lo mejor de lo uno y de lo otro.

Explica que su ideología ha ido evolucionando por las contradicciones que tiene la izquierda frente a la derecha. “Quién soy yo para decir qué es lo que tiene que hacer la otra persona, eso es lo que hace la izquierda. La derecha en cambio no me dice nada, me deja el camino abierto y decido yo si es que hago o no hago. La derecha, a pesar de que es muy fría, por lo menos disfraza las cosas: estamos ‘cagados’, pero por lo menos tenemos la esperanza de salir algún día adelante”.

Son evaluaciones que nacen a raíz de que ha sido testigo de la caída de presidentes que no duraron mucho tiempo en el cargo; y como contradicción, de un mandatario que casi se “eterniza” en el poder; y de una nueva generación de políticos que, dice, a pesar del discurso no ha cambiado la forma de hacer política. “Hemos sido un país bastante contradictorio, bastante pintoresco políticamente”, asegura.

Es la culpa de la oposición que todo esto haya pasado. Yo no esperaba nada de ellos”. Por eso es duro en sus comentarios sobre la clase política que en estos 10 últimos años ha estado en el escenario nacional, de la cual se muestra decepcionado. Duro, pero acaso real porque refleja el pensamiento de muchas personas, refleja el comentario de la calle, del vecino, del tendero… Indica que la oposición al correísmo fue muy frágil, de poca monta, a cargo de personas no muy relevantes que cometieron muchos errores por lo que son culpables de que el expresidente Rafael Correa se haya mantenido 10 años en el poder. “Correa no se encontró con un (León) Febres Cordero nunca, por ejemplo. No se topó con verdaderos líderes políticos”, asegura.

“Los culpables de que la política sea tachada como algo negativo son definitivamente los políticos”.Y del lado contrario, del oficialismo, asegura que tampoco existía como un conjunto de personas o criterios, porque todo se centró en una sola figura.

Con todos esos argumentos es imposible no aterrizar en la coyuntura para conocer qué opina un joven de 35 años de la nueva etapa que vive el país. Moreta considera que el presidente, Lenín Moreno, está haciendo las cosas relativamente bien y espera que se asiente en el poder por el bien del país.

¿Y qué espera del vicepresidente, Jorge Glas?: “Ojalá que termine donde tiene que estar, lejos de la Vicepresidencia”, concluye el joven. (HCR)