¿Ku Klux Trump?

Juan Sebastián Vargas

Inconcebible que en pleno 2017 existan aún rezagos de esta organización en los EEUU, siempre he pensado por convicción que los extremos en cualquier ideología son inadmisibles e intolerables y así como criticamos a la extrema izquierda por sus excentricidades podemos colocar en el mismo botín a la extrema derecha por sus insensateces y sus absurdas y poco coherentes creencias.

El Ku Klux Klan es una organización xenófoba, homófoba, racista y antisemita que se cree tiene aproximadamente 3.000 miembros y su principal afirmación es la supremacía de la raza blanca, han recurrido a la violencia y al terrorismo para oprimir a sus víctimas, si bien oficialmente esta organización no tiene ningún tipo de aval, existe cierto tipo de apoyo como de la Unión Americana de Libertades Civiles que amparándose en la primera enmienda de la constitución se han permitido realizar manifestaciones, desfiles y marchas.

Pero, ¿cuál es la relación entre Trump y el Ku Kux Klan?, pues resulta que el padre del Presidente de EEUU, Fred Trump estuvo inmiscuido en incidentes de la organización racista con la policía a tal punto que fue detenido en 1927 siendo aún joven, además existe otra referencia y es que en el año 1973 el Departamento de Justicia de los Estados Unidos presentó una demanda de derechos civiles contra “Trump Organization” en donde Donald ya era su Presidente, esto tras rechazar el alquiler de sus departamentos a personas afroamericanas, en ese entonces el gobierno de Nixon reunió evidencia contundente de que esta compañía familiar tenía una política de discriminación contra las personas “negras”. De igual forma hay versiones que cuando Donald Trump incursionó en el negocio de los casinos en los años 80 daba la orden expresa que cuando él y su esposa visitasen los mismos la gente “negra” debía salir de ese piso.

Trump durante 40 años ha sido asociado con la discriminación, siempre ha mostrado comentarios racistas e intolerancia hacia las minorías a tal punto que en estas semanas se manifestó tibiamente que “la violencia viene de muchas partes” sobre los hechos suscitados en Charlottesville, tuvo que retractarse inmediatamente ante la presión de su propia Administración y de muchos republicanos.