Más ordenado, justo y equitativo

Manuel García Verdecia

Uno de los factores que más laceraron el concepto de socialismo fue su correlación con la escasez y la pobreza. Recuerdo una anécdota de Den Xiao Ping, el antiguo presidente chino. Dicen que un día sus compañeros le comentaron su preocupación por el enriquecimiento a lo que él contestó: “Pues a mí lo que me preocupa es la pobreza”.

Solo se puede prosperar a partir de la riqueza que es sinónimo de abundan,cia y plenitud y no de crimen y delito. Sin ponernos pedantes, recordemos además que el socialismo se concibe como un período de transición hacia un sistema sin Estado, donde la sociedad se autogobierna y cada cual obtiene según su necesidad.

Las instituciones no están para frenar el progreso sino para hacerlo más ordenado, justo y equitativo. No hay que tener miedo al enriquecimiento sino a la riqueza mal habida. Hay muchísimos casos de gente que sin tener negocio alguno se enriquecen a costa de prebendas y trampas en las instituciones estatales. De esto da noticia la propia prensa cubana.

Estos asuntos no se pueden dejar de la mano de los burócratas que ven la vida subjetivamente de acuerdo con su modus vivendi y sus intereses. Hay que realizar un acercamiento desprejuiciado y académico a estas cosas, con la participación de especialistas para investigar las causas reales de la corrupción.
Si hay leyes, si hay formas de control, ¿cuál es el temor? Si son corruptas, pues a cambiarlos. No sé quiénes asesoran estas cosas, pero por lo que veo y oigo, van por el camino desacertado y temo otra ofensiva revolucionaria que nos lleve a nuevos periodos de rectificaciones, en un círculo vicioso que fatiga y desalienta.

[email protected]