Abuso sexual en unidades educativas también se dan en Tungurahua

DOLOR. Muchos de los menores ultrajados al principio guardaron silencio por temor. (Foto de Internet)
DOLOR. Muchos de los menores ultrajados al principio guardaron silencio por temor. (Foto de Internet)

20 casos se registran en los tres últimos años en diferentes escuelas de la provincia.

La ira e impotencia llena de lágrimas los ojos de Andrea*, quien a pesar que han pasado tres años desde que abusaron sexualmente de su hija en una entidad educativa, el dolor está latente.

Aunque la madre accedió a revelar como vivió esta tragedia no es fácil conversar sobre el tema.

Realidad oculta

Entre frases entrecortadas, a veces con miedo de recordar algo que la mente y su corazón se obligaron a olvidar a fin de superar esos momentos, comenta que su hija, Daniela*, era una inocente criatura, sin malicia, que confiaba en las personas, pues eso le enseñaron desde pequeña sin pensar que esa confianza le llevaría a vivir una verdadera pesadilla dentro de su propia escuela.

“Daniela apenas tenía 10 años, era activa, llena de ilusiones, muy alegre y querendona, apegada a nosotros”, relata Andrea, pero de apoco su carácter fue cambiando como si de la noche a la mañana fuera otra persona.

“Ella empezó por aislarse, siempre estaba sola, como enojada”, asegura la madre al tiempo que una lágrima resbala por su mejilla y su voz se quiebra. “Perdón”, dice como echándose la culpa, “nosotros debimos darnos cuenta”, se reprocha.

Andrea recuerda que su pequeña se tornaba cada vez más solitaria. “Ya ni con sus amiguitas de la escuela sonreía”, por lo que nosotros pensamos que era algo normal algo que le pasaba a las niñas pues era nuestra única mujercita”, comenta al tiempo de recordar que incluso pensó que era una cuestión biológica que de seguro ya le llegaba la menstruación, pero no era así, lo que a su pequeña le asustaba era que nuevamente le violen como aquella mañana de terror en su escuela.

La madre se toma el rostro, su mirada se pierde en el piso y sin levantar la cabeza relata que la niña estaba tan aterrada que ni siquiera comía bien, pero sus ocupaciones no le permitieron darse cuenta de ello.

“Ella pensaba que había sido por su culpa, que ella mismo lo había provocado por ser muy amigable”, asegura Andrea y es por eso que nunca dijo nada y hasta sentía vergüenza.

Cómo lo descubrieron

Cierto día la familia salió de paseo a otra provincia donde tienen una tía muy querida, con quien Daniela compartía muchas cosas desde pequeña, prepararon comida conocieron lugares y la pequeña simplemente nunca dio muestras de alegría. “Es ahí donde su tía se da cuenta de que algo estaba mal”, menciona Andrea.

La madre y la tía incluso llegaron a sospechar de algún familiar pero nunca de un profesor, “fue una tragedia, más aún cuando Danielita rompió en llanto sin atinar que decir, pensaba que era su culpa cuando en realidad ella era la víctima de ese monstruo”, dice mientras se levanta y trata de respirar.

“Simplemente es algo que no puedo explicar”, manifiesta al tratar de describir la ira e impotencia que siente a pesar de que el abusador se encuentra en la cárcel luego de un duro proceso que duró más de dos años.

“Mi hija no volvió a ser la misma incluso ahora que ya está más grande, tiene muchos temores, ruego a Dios que nadie tenga que pasar por esto”, señaló.

Este no es un caso aislado, ya que según datos proporcionados por la Coordinación Zonal 3 del Ministerio de Educación, en Tungurahua 20 casos se han detectado en los últimos tres años en entidades educativas que pertenecen a los Distritos Ambato 1, Ambato 2, Cevallos-Quero y Píllaro.

Acciones

El informe de la Coordinación Zonal, detalla además que de los 20 casos, siete personas responsables fueron destituidas con orden de privación de libertad, mientras que en ocho casos se suspendieron al docente sin remuneración y los cindo casos restantes se encuentran en proceso de investigación.

EL DATO
Del total de casos en Tungurahua siete responsables de abuso sexual fueron condenados a pasar en la cárcel.Según la Coordinación Zonal estas sanciones fueron aplicadas en el mismo periodo de la denuncia, una vez realizadas las investigaciones y asegura que los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE) son los encargados de dar seguimiento y son responsables de brindar la atención psicológica y psicoeducativa a los estudiantes, además de promover una relación armónica entre los miembros de la comunidad educativa. (FCT)

Caso Aampetra

El último caso que conmocionó al país fue el que vivieron 41 niños de la Academia Aeronáutica Mayor Pedro Traversari (Aampetra) de Quito, cuando fueron objetos de abusos físicos, sicológicos y sexuales por parte de un profesor que ahora paga una pena de 16 años de privación de la libertad.

Además en la institución se obligó a colocar una placa conmemorativa como parte de la reparación integral a las víctimas. En la placa se lee: “En memoria de las víctimas de abuso infantil en el sistema educativo”.

Ayuda

María José Terán, médico de la Sala de Primera Acogida del Hospital General Docente Ambato, manifestó que en realidad en Tungurahua el índice de abuso sexual a niños y adolescentes es alto.

Según la médico esta unidad de acogida es gratuita y brindan atención médica y psicológica bajo un estricto protocolo de la norma técnica de violencia de género estableció por medio del Ministerio de Salud Pública, donde se reserva y se protege a la víctima.

“Hay que quitarse la vergüenza el recelo y denunciar porque el momento en que nosotros callamos estamos encubriendo, además que permitiríamos que nuestros hijos puedan quedar embarazadas o contraer enfermedades de transmisión sexual”, subrayó.

Terán manifestó que incluso la ciudadanía puede denunciar abuso sexual que ha sucedido hace varios años. “Son pacientes prioritarios y vulnerables, por lo que es nuestro deber dar atención inmediata direccionándole, dándole acompañamiento ya que tenemos un convenio con la Fiscalía para realizar este tipo de valoraciones y el trámite legal”, comentó.

Los pacientes pueden acudir directamente a la sala de acogida o a su vez a los centros de salud ya que, según Terán, ellos tienen la obligación de remitir directamente a la Sala de Primera Acogida. (FCT)

Como detectar violencia o abuso sexual

Es importante identificar de forma temprana todo tipo de violencia más aún el abuso sexual y los padres de familia pueden hacerlo, aseguró María José Terán, de la Sala de Primera Acogida, quien recomienda tratar de identificar el comportamiento de las víctimas.

“Cuando se dan este tipo de violencia los niños presentan conductas diferentes como fases de tristeza, se aíslan y sienten que nadie les apoya mientras que cuando las víctimas son adolescentes las actitudes son totalmente diferentes, la mayoría se vuelve agresiva, quieren estar solos y piensan que se pueden defender solos”.

Según Terán hay que tener en cuenta que los agresores muchas veces recurren a amenazar a las víctimas. “Si avisa le voy a matar a tu mamá, le voy hacer lo mismo a tu hermana o tu hermano, son algunas de las frases que utilizan los agresores”, señaló al tiempo de recomendar un diálogo permanente entre padres e hijos.