Da pena

CARLOS TRUJILLO SIERRA

Ver cómo olvidando palabras, promesas y juramentos (no el antecesor porque él ni siquiera juró la Constitución que lo elevó) se treparon con garras y uñas hasta estar lo más alto y cuando amaneció un nuevo día, diferente al de la víspera, se quedan aferrándose al puesto que equivocadamente creyeron no tendría fin, siguen agarrados balanceándose en las alturas sin percatarse que se pueden precipitar al abismo profundo y duro de la nueva realidad que les espera igual al que ellos quisieron lanzar a todos los que pensaban distinto. Renegaron y se refugian, tragándose sus palabras, en el Tío Sam y se lanzaron derecho a las amplias faldas del Tío Chang y otros tíos más oscuros pero no poco miserables.

Vienen los barcos del Tío Chang a robarse los recursos de nuestro mar y de todo el mundo, y la Asamblea Nacional ni siquiera los identifica, hablan de “barcos de bandera extranjera” para que los chinos no los identifiquen; con razón una periodista (periodista tenía que ser) se pregunta si esa anónima bandera extranjera no será tal vez la de Bolivia.

La cortina del engaño va deshilachándose, un poco más de luz va descubriendo más y más mentiras y engaños. Ellos no, pero nosotros sí ya podemos gritar que Maduro (como otros tantitos) es un dictador con todas sus letras. Van perdiendo el control absoluto sobre las comunicaciones de todo un pueblo (control instaurado el mismo 15 de enero del 2007-hubo un Secretario de Seguridad) y aparecen a plena luz (era una herejía hablar de irregularidades al interior del régimen, pero había herejes contumaces) conversaciones y mensajes entre altísimas personalidades quejándose, protestando y dando órdenes a su gusto que sus subalternos debían cumplir; un altísimo personaje habla de acto delincuencial cuando todo el proceder gubernamental fue precisamente de ese tipo. Dudo que (con la tolerancia de nuestros políticos) se puedan abrir los archivos secretos. Cuando la República Democrática Alemana se desplomó, el escándalo más grande fue la apertura y saqueo de los archivos de la STASI (Agencia de Seguridad del Estado).

[email protected]