Dirección democrática

CARLOS CONCHA JIJÓN

En la situación de crisis por la que atraviesa el país, quieran o no los que pretenden ir por un camino escabroso, deben convencerse de la realidad y dejar de obstaculizar la senda por donde debemos avanzar, en un cambio de ruta, direccionado hacia una democracia plena, en donde estén vigentes las libertades y los derechos de la colectividad.

Es obvio que hay resentidos con el presidente Moreno por tomar decisiones que benefician al pueblo, pero que golpean a los ensimismados seguidores incondicionales de Correa, que reman contra corriente pretendiendo mantener ese socialismo impositivo, dictatorial, atrevido y controlador que no dejó espacio para una república democrática.

Yo creo que el pueblo ecuatoriano se hastió de ese dominio personalista de Correa, que abusó de la idiosincrasia popular, infringiendo temor al manejar injusta y grotescamente todos los poderes del Estado, donde la justicia sucumbió a sus órdenes, subyugando al Estado y destruyendo la institucionalidad, creando un estatus de dominio.

La avalancha de corrupción ha sepultando a la nación, mientras los cuervos maléficos ensimismados con el dominio político crearon mafias de corrupción y procedieron a llevarse la riqueza nacional, resultando incomprensible que a pretexto de solidaridad partidista, como asambleístas, hagan desaparecer la moral para blindar a aves de rapiña.

Siempre se ha expresado que solo el pueblo salva al pueblo y hoy frente a la crisis de la Nación inducida por malos ecuatorianos, es hora que la voluntad mayoritaria del pueblo, sea de oposición o no, asuma su responsabilidad patriótica respaldando al Presidente, para que continúe con un cambio de ruta, libre de opresores, sin temor, sabiendo que con esa fuerza puede direccionar al país hacia una democracia con libertades, derechos, independencia de poderes, justicia social, etc., y así acabar con la corrupción y el autoritarismo bajo el imperio de la Ley.

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