Cuando la Policía llegó al negocio encontró a un sujeto que sangraba por la espalda. Hay dos detenidos.
El sonIdo de ocho disparos de arma de fuego despertó a los vecinos de San Carlos que habitan entre las calles Machala y Carlos Quinto, al norte de Quito. Su sueño fue abruptamente interrumpido por el escándalo que se generó dentro de una licorería.
Eran las 03:30 de ayer cuando los habitantes del sector llamaron a la Policía, para reportar el hecho.
Los agentes de servicio urbano llegaron al sitio y encontraron a tres personas saliendo del negocio que minutos antes estuvo con la puerta enrollable cerrada.
Todos estaban en estado etílico y uno en particular tenía las prendas de vestir empapadas de sangre. El hombre presentaba dos heridas de arma de fuego, una en el costado izquierdo de la espalda y otra en el brazo derecho.
¿Qué ocurrió?
El teniente de Policía, Reinaldo Vallejo, acudió con sus compañeros a atender el caso. El uniformado contó que de acuerdo con lo narrado por los involucrados todo ocurrió por una discusión relacionada con dinero. Uno de ellos salió de la licorería, fue hasta su camioneta, una Ford F150 color negro, tomó un arma y regresó al negocio.
Mientras discutía con otro hombre, le apuntaba con el arma al cuerpo. Hasta ese momento, la pelea no pasaba de agresiones verbales.
La situación cambio cuando el sujeto amenazado se apoderó de la pistola calibre 9 milímetros. Él no dudó en apretar el gatillo y disparó por cerca de ocho ocasiones, dos de los proyectiles impactaron en la humanidad del herido.
Los gendarmes pidieron ayuda a la central para que envIara paramédicos. Según Vallejo, el herido está fuera de peligro y hasta ayer se encontraba estable en el hospital Carlos Andrade Marín con custodia policial.
El responsable de los disparos fue detenido e ingresado en la Unidad de Flagrancia en calidad de detenido. (FLC)
Registro
La Policía efectuó el peritaje dentro de la licorería. El arma fue entregada en cadena de custodia al personal de Criminalística. Además se hizo una inspección dentro de la camioneta y ahí se hallaron 35 cartuchos más sin utilizar. Los proyectiles también fueron entregados a los peritos policiales para que se hagan los análisis balísticos pertinentes. Ninguno de los involucrados tenía permiso de porte de arma. (FLC)