Paso al costado…

La situación es bochornosa, no solo por la cantidad de “telarañas “de corrupción que envuelven a los más altos directivos y no solo por el caso Odebrecht o la corrupción en el sector petrolero, sino por la actitud de las autoridades de justicia que, al parecer con su poca celeridad, crean un halo de desconfianza mayor y sobre todo de frustración entre la ciudadanía que esperaría acciones más contundentes.

Según los medios de prensa locales, el propio exempleado del tío de Jorge Glas rompe el silencio y revela datos y acontecimientos que, una vez más, hacen mención al Vicepresidente, quien por decencia o dignidad debería hacerse a un lado y permitir que se lave su nombre con las debidas investigaciones.

Mantenerse en el cargo, después de estar vinculado a los procesos penales y de perder la confianza del Presidente, es un acto de necedad, de sinvergüencería y de irresponsabilidad. Si nada tuvo que ver en los amarres, robos y estafas al erario nacional en los sectores a su cargo y por lo tanto no es corrupto, entonces es inepto, ingenuo e irresponsable. ¿Qué paso con el trabajo encomendado a su persona, quién responde por eso?

Una vez más si el Vicepresidente dice ser inocente qué dirá de ser cándido, ingenuo, descuidado o cómo se le puede llamar a una labor en la que los subalternos hacen y deshacen a su antojo, se enriquecen, sobre precian, negocian dolosamente, en fin nos ven la cara a los ecuatorianos todos.

Lo mínimo que debería hacer el señor vicepresidente Glas es pedir licencia y dar un paso al costado hasta que se aclaren los escándalos relacionados al giro de las funciones que le fueron encomendadas. Eso es lo sensato y lo digno, de lo contrario el pueblo y la historia lo señalarán para siempre, aunque capaz que no le importa.

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