Ibarra, hermosa sultana

POR: Rocío Erazo Benavides

“¡Salve Ibarra¡ En tu día de gloria suena un Himno de intensa emoción, que tu triunfo recoja la historia y te brinde un futuro feliz”. Así reza la estrofa final del Himno a Ibarra.

Este 28 de Septiembre se conmemoraron 411 años de fundación de la blanca ciudad. Un sin número de eventos engalanó a la ciudad y es importantísimo hacer una breve reseña porque es una sultana.

El crecimiento poblacional ha sido muy notorio en los últimos tiempos, y por supuesto al ser la capital de los imbabureños el crecimiento debe reflejarse en todos sus ejes. Ibarra es el centro de desarrollo económico, educativo y científico de la zona. Es el principal núcleo vial del norte del Ecuador, pues sus conexiones giran y desvían hacia los cuatro principales ejes, comunicando por el sur hacia Quito, por el oeste hacia la Costa ecuatoriana, por el norte hacia la frontera con Colombia y por el este hacia la Región Oriental – Amazonía.

Fue fundada por el español Cristóbal de Troya, el 28 de Septiembre de 1606, por orden de Miguel de Ibarra y Mallea. Además de los asentamientos de españoles, la ciudad acogió a griegos, portugueses y demás europeos en la villa. Es conocida históricamente como la ‘Ciudad Blanca’ por sus fachadas blancas con las que se bendijo la reconstruida ciudad en 1872, después del devastador terremoto de 1868. También son muy comunes las frases: “ciudad a la que siempre se vuelve”, por su pintoresca campiña, clima veraniego y amabilidad de sus habitantes. Es muy visitada por los turistas nacionales y extranjeros como sitio de descanso, paisajístico, cultural e histórico. Es una ciudad cultural en donde predomina el arte, la escritura, la pintura, el teatro y la historia; además existe una creciente oferta turística y hotelera ofrecida para toda la zona.

Recientemente recibió galardones como el de capital de la cultura. A su vez la ciudad alberga el cuarto centro histórico más grande del país tras los de Quito, Cuenca y Ambato.

¡Que viva Ibarra!