Consulta y otros demonios

César Ulloa

Sería una intención fallida del Presidente la consulta popular si cae en la trampa de la personalización de la política y pierde la posibilidad coyuntural de institucionalizar el país en términos de independencia de las funciones del Estado, revisando el proceso de selección de las principales autoridades, el cese inmediato y la rendición de cuentas del fiscal, procurador, contralor, vocales y presidente del Consejo de la Judicatura, consejeros y presidente del Consejo Nacional Electoral y superintendentes.

Lenín Moreno optó por mecanismos graduales que pueden convertir esta transición en una que vaya del correísmo al morenismo, si no se esclarecen varias dudas como aquella de la pregunta dos donde se establece un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio conformado por “siete miembros nombrados por la Asamblea Nacional de entre ternas enviadas por el Presidente de la República”.

En cuanto a la muerte civil, la primera pregunta es un acierto porque bloquea de manera definitiva y de por vida a quienes pretenden ejercer cargos de elección o designación si se demuestra su culpabilidad, en correspondencia al debido proceso. Pero también habría que considerar que los corruptos tienen que devolver los recursos que acumularon indebidamente y no seguir disfrutando de ellos cuando les venga en gana.

Esta pregunta que trataría de zanjar de un solo tajo a la corrupción se fortalecería en la medida que la judicialización de la política y la politización de la justicia pasen a un plano anecdotario. De ahí la necesidad de que las funciones del Estado sean independientes y estén integradas por personas de credenciales éticas intachables, trayectoria probada y compromiso social.

Hay una conexión entre la primera y la segunda preguntas, un hilo conductor que podría generar un nuevo estado de cosas en el Ecuador, es decir la oxigenación de la política desde un acto inevitable de adecentar las prácticas de un buen porcentaje de políticos que busca el camino fácil y el enriquecimiento ilimitado. La consulta debe ser una oportunidad, no un escenario para oportunistas.

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