Fin de la pesadilla

POR: Manuel Báez R.

El 24 de Mayo pasado y últimamente Glas en la cárcel fue el fin de la pesadilla, porque en Ecuador con su población citadina y la oscura población campesina llevada al límite por el gobierno anterior de Rafael Correa, que cada sábado estimulaba con su elocuencia pueblerina, con la abstracción de las ideas nuevas y extrañas a su espíritu que manda la tierra en forma vigorosa hasta dejarnos como legado un país completamente destartalado estructuralmente.

A esto se agrega una población totalmente dividida, envidiosa, corrompida, etc. ¿Cómo poner orden en un país de esta magnitud?

Mientras tanto en la cúpula del Estado lucía todo nuevo, el piso que brillaba como alfombra de caramelo, nuevos los ventanales, nuevos los espejos, las imágenes de los automóviles que paseaban con carrocerías flamantes, miradas vienen, entre saludos, abrazos, golpes de sombrero y adioses con la mano, decoradas las paredes, nuevo el techo con alabastrina y las lámparas de luz indirecta, gusanos de cristal que soltaban por la noche a las mariposas fluorescentes, en fin el derroche estaba a la vista.

Había mucho que ver abriéndose paso, piropo va y mirada viene, entre saludos y abrazos, hasta las casas donde habitaban los miembros de aquel gobierno tenían las partes visibles con detalles estrambóticos.

En la capital, Quito, muchos caballeros encopetados y damas enguantadas, emplumadas, empolvadas, pintadas, perfumadas y apenas sí sacaban dos o tres monedas; es decir, ellas querían imitar a alguna de las artistas célebres de la pantalla grande.

En fin se acabó la pesadilla que afectó a todos los ecuatorianos.