Reelección indefinida, la ‘piedra angular’ de la consulta

DECISIONES. Los ecuatorianos volverán a las urnas hasta inicios del próximo año, si se aprueba la consulta de Moreno.
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DECISIONES. Los ecuatorianos volverán a las urnas hasta inicios del próximo año, si se aprueba la consulta de Moreno.
DECISIONES. Los ecuatorianos volverán a las urnas hasta inicios del próximo año, si se aprueba la consulta de Moreno.

PREGUNTA 3, SOBRE LA REELECCIÓN

Para garantizar el principio de alternabilidad, ¿Está usted de acuerdo con enmendar la Constitución para que todas las autoridades de elección popular puedan ser reelectas por una sola vez para el mismo cargo, recuperando el mandato de la Constitución de Montecristi y dejando sin efecto la reelección indefinida aprobada mediante enmienda por la Asamblea Nacional el 3 de diciembre de 2015?

A inicios de diciembre de 2015, una eufórica mayoría de Alianza PAIS aprobó en la Asamblea sus enmiendas constitucionales. Todas llegaron con un chapuzón de polémica, pero la más criticada fue la que dejó establecida la reelección indefinida. Esto quiere decir que cualquier autoridad, incluido el Presidente, puede ser reelegida para el mismo cargo cuantas veces quiera. Lustros, décadas, toda una vida, si logra ser proclamado vencedor.

Sin embargo, hace dos semanas, el presidente, Lenín Moreno, señaló en una entrevista que eso le parecía una aberración. Por eso incluyó en su consulta popular una pregunta, la tres, que le pide autorización al pueblo para revertir la decisión de su partido y que la Constitución permita solo una reelección, como fue aprobado en Montecristi.

No solo eso, en su argumentación ante la Corte Constitucional, Moreno aseguró que: “Es una contradicción considerar que puedan existir ejercicios de Gobierno perpetuos que no tiendan al autoritarismo, al abuso de poder, al clientelismo, al caudillismo, al nepotismo, a la corrupción y que no vulneren los derechos de las minorías…”.

Ahí está la pierda angular de la consulta. Por una parte, están quienes defienden la alternabilidad como pilar inamovible de una verdadera democracia. Esto significa, precisamente, poner un límite a quien ejerce el poder; decirle que después de un número de años debe dejar el puesto por más que tuviera el apoyo del 100% de los electores. Hacia ese lado pedalean el Gobierno, toda la oposición, representantes de la academia y una porción importante del propio Alianza PAIS, que ya se ha alineado con Moreno.

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preguntas fueron planteadas por el presidente, Lenín Moreno.Pero también están quienes aseguran que el pueblo, en las urnas, es el llamado a decidir si una persona puede o no permanecer eternamente en el poder. Hacia allá pedalea, en cambio, la otra porción de Alianza PAIS, la que está alineada con el expresidente Rafael Correa, quien ya ha resentido públicamente que no podría volver a aspirar al sillón de Carondelet en 2021.

En efecto, entre las muchas autoridades que ya no podrán ser reelegidas si se aprueba la pregunta, está Correa. Pese a que la asambleísta Marcela Aguiñaga salió enseguida a decir que las leyes no son retroactivas y que Correa sí podría ser reelegido, los anexos presentados por Moreno ante la Corte establecen que: “las autoridades que ya hubiesen sido reelegidas desde la entrada en vigor de la Constitución de Montecristi no podrán postularse para el mismo cargo”. Lo que pone un cerrojo a las posibilidades de Correa.

‘No es cuestión de nombres ni de ideologías’

El debate de esta pregunta se avizora como el más torrentoso. Desde la academia habla Jaime Costales, profesor de la Universidad San Francisco, cuyo título dice sicólogo social, pero quien prefiere definirse como sicólogo político: “Hay que poner límites al poder en el tiempo de permanencia, porque el ejercicio del poder tiende a distorsionar la personalidad de quienes lo ejercen. Una democracia madura no depende de las personas sino de las instituciones. En cambio, quienes quieren reelección indefinida piensan que todo está en manos de redentores iluminados que vienen a salvar a la humanidad, que tienen el complejo de mesías. Los pueblos se vuelven muy sumisos a caudillos populistas y autoritarios”.

Con él coincide el excandidato presidencial Paco Moncayo, para quien el principal riesgo de la reelección indefinida es signo de “una enfermedad”: el caudillismo. “El caudillismo es un cáncer de la democracia. Desde el poder se maneja la perpetuidad del caudillo. Y este es el modelo que ha seguido el socialismo del siglo XXI. Es importante terminar con este sistema, que no intenta ganar elecciones democráticas, sino captar las instituciones democráticas para la perpetuación del poder”.

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meses tiene Moreno en el poder y ha dicho que esta no será la única consulta que haga.Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Praesent porttitor, dui sit amet dignissim posuere, nulla enim hendrerit ex, at faucibus sem eros ut nisl. Ut blandit feugiat pharetra. Aenean congue dolor ac odio consectetur, vitae imperdiet lacus feugiat. Mauris maximus sed lectus id cursus. Integer vitae elit elementum, porttitor odio a, porttitor sem.
Juan Cárdenas es asambleísta y está en el lado correísta de Alianza PAIS. Claro, discrepa: “En las enmiendas de 2015, la Corte Constitucional reconoció el derecho de la gente de elegir, a su libertad, cuantas veces deseara a quien le haya servido. Evitarlo ahora sería la regresión de un derecho. Es el pueblo el que castiga o da ‘luz verde’ en las urnas. Muchos de quienes se han postulado a la reelección han perdido”.

Y ahí es donde comienza a estrecharse el dilema. Porque para Costales esto último es una manipulación, una distorsión y una falacia. “Cuando hay reelección indefinida –explica-, quien está en el poder tiene ventajas gigantescas: el aparato del Estado, los medios de comunicación bajo control, recursos públicos. Entonces, hay un desnivel que altera la competitividad real en una democracia”.

Moncayo es más enérgico y considera que la tesis correísta es una trampa, “porque ellos se toman el control electoral, todo el aparato de propaganda y estructura del Estado para ganar siempre”.

Cárdenas pone todos los dedos en una llaga: “Esta pregunta tiene nombre y su apellido es Correa. No puedo estar de acuerdo cuando se busca el pronunciamiento del pueblo con dedicatoria”.

Pero, aunque, en efecto, Correa no podrá volver a ser candidato presidencial, muchas otras autoridades tampoco. Moncayo y Costales no están de acuerdo con el asambleísta de PAIS. “Esta pregunta no tiene nombre o apellido –dice Moncayo-. Es institucional y no tiene dedicatoria”.

Y Costales, desde la técnica y la academia, hace una explicación más profunda: «El riesgo de una reelección indefinida es que se enquistan mafias de poder, no importa de qué signo: de izquierda, de derecha, de centro, y pretenden controlarlo todo. Mi propuesta públicamente ha sido que se instaure una norma en la Constitución que sea totalmente contraria a la reelección indefinida, algo inamovible. Cualquier intento futuro de incluir la reelección indefinida debe ser considerado como atentado contra la seguridad del Estado y traición a la Patria. Porque, con eso, un caudillo, no importa quién sea, se convierte en dueño de una hacienda llamada Ecuador y los demás no tenemos los mismos derechos”. (ASC)

FRASES

“Un gran estadista no se mide en el tiempo. Depende de la grandeza de alma y los talentos. Un mediocre en 10 años puede hacer mucho para destruir y un gran estadista puede hacer en cuatro años cosas extraordinarias”. Jaime Costales, Sicólogo político, profesor de la USFQ.

“El caudillismo es un cáncer de la democracia, una enfermedad de América Latina que ha provocado su retraso. Ese es el riesgo de la reelección indefinida”. Paco Moncayo, exalcalde, exasambleísta y excandidato presidencial

“La democracia permite que todas las ideologías presenten candidatos. Ahí está la alternancia. Impedir aquello es ponerle cortapisos a quienes son de la simpatía del pueblo”. Juan Cárdenas, asambleísta del lado correísta de PAIS